Los falsos mitos del aceite de oliva

El sistema de catalogación comercial actual pone en peligro la estabilidad y reputación del aceite de oliva español

Todos los eslabones de la cadena de producción y comercialización del aceite de
oliva (agricultores, productores, cooperativas, envasadores y exportadores) han reivindicado históricamente al Ministerio “la implantación de un sistema complementario al actual con el fin de garantizar una mayor seguridad jurídica al sector y una mayor confianza al consumidor”.

“Resulta esencial que la catalogación del aceite de oliva (virgen o virgen extra) se
efectúe teniendo en cuenta conjuntamente todas las pruebas realizadas, las
organolépticas y las fisicoquímicas”.

El sector del aceite de oliva genera anualmente un valor de más de 4.000 millones de
euros para la economía nacional, de los que aproximadamente el 40% lo aporta el AOVE.

¿Por qué se necesita la categorización correcta del aceite de oliva?

Este producto emblemático de nuestra industria agroalimentaria y de Marca España
sobresale por su liderazgo mundial tanto en calidad como en exportación. Agricultores, productores, cooperativistas, envasadores y exportadores, todos los eslabones de su cadena de valor, coinciden en que la forma actual de aplicar la cata desestabiliza el mercado y daña su reputación.
Por esta razón, el sector reclama medidas suplementarias como una cata oficial previa a su
envasado y cuyos resultados tengan una vigencia legal de un año. De esta manera, se
añadirían garantías a los consumidores y, a la vez, reduciría la inseguridad jurídica y la
incertidumbre que conlleva un proceso tan subjetivo como el del análisis organoléptico. Así
lo asegura el informe “Los falsos mitos sobre el aceite de oliva virgen español”, elaborado
por la Asociación Nacional de Industriales Envasadores y Refinadores de Aceites Comestibles (ANIERAC) y la Asociación Española de la Industria y Comercio Exportador de Aceite de Oliva (ASOLIVA).

3 Falsos Mitos

El documento pone de relieve que falsos mitos, fomentados por un método de
categorización intrínsecamente subjetivo y estudios periódicos desmesurados, enturbian la imagen de uno de los emblemas de Marca España.

  • 1º La falsa creencia de que en los lineales de los supermercados se encuentra en ocasiones aceite de oliva falso. “No existe fraude –afirma tajantemente-, sino discrepancias de valoración subjetiva entre distintos paneles, aun siendo todos oficiales”. Resulta esencial, apunta, que “la catalogación del aceite de oliva (virgen o virgen extra) se efectúe teniendo en cuenta conjuntamente todas las pruebas realizadas, las organolépticas y las fisicoquímicas”.
  • 2º También está extendida, sin ninguna base real, la idea de que “los paneles de cata son infalibles”. Sin embargo, reiterados estudios e investigaciones ponen en evidencia que «son habituales los casos en los que una misma muestra presenta diferencias en la clasificación, en función del panel de cata que la valore”. Hasta el punto de que “una misma muestra catada por el mismo panel oficial, pero en momentos distintos, puede ser clasificada de forma desigual”.
  • 3º Otra creencia falaz es la de que “no hay alternativas al panel de cata”. Desde luego, se está avanzado en metodologías científicas objetivas que acaben con estas incertidumbres o, cuanto menos, las palíen. Estas propuestas están orientadas a complementar y elevar el nivel técnico y la objetividad de los sistemas de clasificación de las categorías del aceite comercializado –y sobre todo del AOVE–.

¿Qué es lo que pide el sector y por qué?

El sector unánimemente demanda a las administraciones una aplicación que ofrezca garantía jurídica a los operadores como sería el del sometimiento a los aceites de oliva vírgenes a una cata previa antes de su envasado y comercialización y que, en caso de ser apta, tenga una validez de 12 meses.

De esta manera se obtendría una doble mejora:

  • Una garantía más sólida al consumidor que dispondría de aceites con procedencia de lotes catados por paneles oficiales en la distribución.
  • Una mayor seguridad jurídica a los operadores de la cadena de suministro pues gracias a la trazabilidad y cata previa podrían garantizar las buenas prácticas y calidad de los aceites a la hora de ser envasados.

El aceite de oliva virgen “es uno de los productos alimentarios más regulados y controlados
en el ámbito de la Unión Europea, como refuerza el hecho de que sea el único alimento del
mundo en su categoría que está sometido a un procedimiento jurídico obligatorio adicional
como el examen organoléptico, más conocido por el término cata, para clasificar sus
diferentes escalas comerciales”.

Estas se conceden, agrega el documento, en base a un procedimiento subjetivo, “pues depende de la destreza y gustos de los catadores, un
mínimo de ocho en cada panel, que determina su olor y sabor”.

Propuesta del sector

Ante este trance, el sector ha propuesto a la Administración que se permita al operador que lo introduce en los canales de venta contar con un aval en su responsabilidad mediante “una cata oficial realizada al producto antes de su envasado, cuyos resultados deberían tener una vigencia legal de un año”. Durante este plazo de tiempo, indica, “se practicarían controles periódicos para verificar la autenticidad del producto distribuido: que el aceite en el mercado sea el mismo que en su día se analizó”.

Así se mejoraría más, si cabe, la calidad al tiempo que se reforzaría la seguridad jurídica.

“Sería una solución temporal porque esta como cualquier otra cata adolecería de los mismos defectos», concluye.

La búsqueda de un método científico de evaluación preciso también es una prioridad. La
Organización Interprofesional del Aceite de Oliva Español, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y las comunidades autónomas, especialmente la Junta de Andalucía, han impulsado durante los últimos seis años proyectos de investigación e innovación “con el objeto de desarrollar tratamientos de datos a partir de señales instrumentales que puedan proporcionar al panel test un plus de objetividad”. Se trata de perfilar una metodología científica y equilibrada –conocida como “nariz electrónica”- que complemente o sustituya la de los paneles-test.

¿A quiénes afecta?

El sector del aceite de oliva genera anualmente un valor estimado de más de 4.000 millones de euros para la economía nacional, de los que aproximadamente el 40% lo aporta el producto estrella de máxima calidad, el AOVE. Está integrado por 1.755 almazaras, 1.500
envasadoras y 22 refinerías, así como 400.000 olivicultores repartidos en 35 de las 50
provincias españolas donde se cultivan 2,7 millones de hectáreas (5,5 millones en la Unión
Europea).

-Fuente- Nota de prensa de: ANIERAC y ASOLIVA:

informe “Los falsos mitos sobre el aceite de oliva virgen español”

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