Nota de la Mesa del Algodón
Bajo el lema “el algodón es vida para los pueblos” y portando miles de pancartas tan blancas como este cultivo, unos 10.000 algodoneros se manifiestan hoy en Madrid ante las puertas del Ministerio de Agricultura para solicitar al Ministro, Miguel Arias Cañete, que defienda firmemente al sector algodonero español ante Bruselas y exija la retirada de la reforma del régimen de ayudas propuesto por la Comisión Europea. La movilización, que comenzará a las 11 de la mañana en la Puerta de Alcalá y finalizará con una concentración de los manifestantes ante la sede del MAPA, ha sido convocada por las organizaciones que integran la Mesa del Algodón y en ella participan agricultores y empleados de la industria desmotadora de 139 poblaciones rurales de Sevilla, Cádiz, Córdoba, Jaén, Huelva, Málaga y Murcia; municipios en los que se concentra el 100% de la actividad algodonera que se desarrolla en España.
La totalidad del sector algodonero español, convocado por la Mesa del Algodón, se ha echado esta mañana a la calle para defender públicamente la viabilidad futura del sector y manifestar su rechazo en bloque ante la reforma del régimen de ayuda al cultivo propuesta por la Comisión Europea.
La Mesa del Algodón, constituida el pasado 22 de octubre, aglutina al sector algodonero español en su conjunto. Está integrada por las organizaciones agrarias ASAJA, COAG y UPA; la Confederación de Cooperativas Agrarias de España (CCAE); las agrupaciones de industrias desmotadoras AEDA y ADESUR; los sindicatos UGT y CC.OO.; y las asociaciones APROSE (semillas) y APROVE (protección vegetal) por parte de la industria auxiliar.
q Efectos de la reforma
Para la Mesa, la aprobación de la reforma planteada por Bruselas sería “un tiro en la nuca para la totalidad del sector algodonero” ya que provocaría la desaparición en España del algodón (único país productor de la UE, junto con Grecia) y, con su extinción, la ruina de las 10.000 familias que viven de su cultivo y de las cerca de 140 poblaciones rurales que dependen exclusivamente de la actividad algodonera, la destrucción de más de 1 millón de jornales y de 2.000 empleos de la industria desmotadora, y el desmantelamiento del tejido empresarial y de un entramado económico ligado al algodón que mueve 900 millones de euros al año.
q En defensa del algodón
Según la Mesa, el nuevo régimen de ayudas que propone la Comisión Europea condena el cultivo de algodón en España a su desaparición ya que “por una parte, el hecho de desvincular el 60% de las ayudas de la producción de algodón incentiva, per se, que no se siembre; además de que es una medida que atenta contra la dignidad de nuestros agricultores porque nos avergüenza que la Comisión proponga, como hace, una subvención por no producir. No queremos caridad ni limosnas. Queremos trabajar, cultivar y hacerlo bien, cuidando las tierras y produciendo un algodón de calidad, como venimos haciendo desde siempre”. En cuanto al 40% restante de las ayudas, la Mesa del Algodón considera que, aunque este porcentaje si está ligado a la producción, es del todo insuficiente porque “¿qué agricultor va a querer cultivar algodón cuando sabe que los ingresos que va a percibir no llegarán siquiera a cubrirle los costes de producción?. La reforma propuesta por Bruselas no sólo no incentiva al productor, sino que hace que no resulte rentable sembrar algodón, y sin producción de algodón no puede existir el sector algodonero. Para evitar esta catástrofe es por lo que exigimos que Bruselas retire la reforma propuesta y respete el actual régimen de ayudas a la producción; el único sistema capaz de asegurar el mantenimiento del cultivo y garantizar la viabilidad futura del sector algodonero español en su conjunto”.
Con este objetivo, asegurar la sostenibilidad de la producción de algodón en España, los más de 10.000 algodoneros que se manifiestan hoy en Madrid solicitan al Ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, que defienda firmemente al sector algodonero español ante Bruselas y exija la retirada de la reforma planteada por la Comisión Europea “ya que hay argumentos de peso y razones jurídicas más que suficientes para ello”.
q La reforma atenta contra un derecho primario
La Mesa esgrime que la reforma planteada por Bruselas atenta contra el Derecho comunitario que históricamente ampara al algodón al vulnerar el Protocolo 14 del Acta de Adhesión de España a la Comunidad Europea.
En dicho Protocolo se establece que el objetivo fundamental del régimen comunitario del algodón es “sostener la producción de algodón en las regiones de la Comunidad en las que sea importante para la economía agrícola”; condición que se cumple en España ya que el algodón aporta 730 millones de euros al PIB de Andalucía (Comunidad donde se concentra el 95% de la producción española de este producto); proporciona 1 millón de jornales y 2.000 empleos en la industria desmotadora; de su cultivo viven directamente 10.000 familias y, además, más de 130 poblaciones rurales dependen exclusivamente de la actividad ligada al algodón.
Para la Mesa, “el Protocolo 14 del algodón reconoce un derecho primario contra el que Bruselas atenta claramente a través de la reforma puesto que conduciría a la extinción del cultivo del algodón en España y, por ende, a la exterminación de la totalidad del sector algodonero español”.
q Deficiencias y contradicciones de la reforma
Junto a esta razón jurídica, la Mesa considera que “las graves deficiencias de fondo” observadas en el planteamiento de la reforma, también justifican su retirada. Según manifiesta la Mesa del Algodón, en la reunión mantenida el pasado 11 de noviembre en Bruselas por el sector algodonero con el Comisario de Agricultura, Franz Fischler, el propio Comisario reconoció, en primer lugar, que los datos que la Comisión Europea había manejado para elaborar la propuesta de reforma en cuanto a costes de producción del algodón en España estaban muy por debajo de los costes reales; en segundo lugar, que la Comisión no había llevado a cabo ningún informe previo que evaluara el impacto que la reforma ocasionaría en el sector algodonero y, en tercer lugar, Fischler reconoció que en la reforma propuesta la Comisión no contemplaba ningún sistema para compensar económicamente a la industria ligada al algodón ante la pérdida de producción que el Comisario asumió que implicaría la nueva regulación.
Además, la Mesa del Algodón estima que la Comisión Europea no tiene ningún argumento que justifique la necesidad de reformar ahora el régimen de ayudas al algodón después de las tres reformas comunitarias de las que ya ha sido objeto el sector en 1992, 1995 y 2001. En esta última, se marcó el 2004 como el año para que la Comisión presentara un informe concluyente de la situación del sector. Según la Mesa, “aún no han pasado dos años de la última reforma y la UE propone ya una revisión drástica del régimen de ayuda al algodón. Consideramos un atropello que la Comisión trate de evaluar una acción planteada a 3 años cuando sólo ha transcurrido un año y medio y nos encontramos en pleno desarrollo normativo y práctico. Y nos resulta absolutamente inaceptable que la Comisión proponga ahora que el 60% de las ayudas queden desvinculadas de la producción de algodón y el 40% restante se perciban por hectárea cultivada cuando la propia Comisión ha reconocido, en los informes elaborados en las reformas de 1995 y del 2001, que la ayuda por superficie en el caso del algodón provocaría la desaparición del cultivo”.
q Algodón: un cultivo ancestral en España
España es el único productor de algodón de la Unión Europea, junto con Grecia. El algodón es un cultivo mediterráneo tradicional en nuestros campos donde, entre 10.000 explotaciones, ocupa una extensión de 90.000 hectáreas. La producción española de algodón bruto es de 320.000 toneladas (el 20% de la producción total de la UE); recolección que se lleva a cabo en nuestro país con un parque de más de 600 cosechadoras únicamente aptas para recoger algodón.
Esta producción de algodón bruto genera 100.000 toneladas en fibra tras ser procesado por las 28 factorías desmotadoras existentes en España, cuya actividad depende exclusivamente de desmotar la producción nacional, ya que las características singulares del algodón hacen que sea imposible su importación en estado bruto, tal y como se recoge en los campos. En estas plantas se recibe el algodón recién recolectado y se separa la fibra de las semillas y otros restos; se limpia dicha fibra y, finalmente, se comprime en balas de unos 220 kg. que son enviadas a las industrias textiles. Para poder atender las necesidades nacionales, la industria desmotadora ha invertido en modernización de maquinaria e instalaciones unos 55 millones de euros en los últimos 15 años.
El 95% del algodón que se produce en España se cultiva en la Comunidad de Andalucía y el 5% restante en la Región de Murcia. En ésta última Comunidad, el algodón se cultiva básicamente en la zona de Cartagena. En Andalucía, se produce principalmente en el Valle del Guadalquivir, en las Marismas (tierras que, por su alto nivel de salinidad, prácticamente no admiten ningún cultivo alternativo al algodón), gran parte mediante riego por goteo -sistema que ha exigido a los productores realizar fuertes inversiones-.
q El algodón en la Unión Europea
España y Grecia son los dos único países productores de algodón de la UE. La producción comunitaria de algodón bruto, de unos 1,6 millones de toneladas, supone únicamente el 2,5% de la producción mundial. La producción comunitaria de algodón en fibra es claramente deficiente para abastecer las necesidades internas, ya que solo se produce el 25% de lo que se consume. Por ello, la Unión Europea es la principal importadora neta mundial de algodón en fibra y, además, no tiene subvenciones a la exportación ni aranceles para la importación de algodón en fibra.
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