150 rederos de deriva marroquies pescan ilegalmente en el Mar de Alboran y Estrecho de Gibraltar

Los rederos marroquíes sobrepescan el stock de pez espada y provocan anualmente la muerte de 15.000 delfines, calderones, cachalotes y ballenas, así como de cerca de 100.000 tiburones.

Una vez concluida la documentación de la actividad ilegal de los rederos de deriva italianos y franceses durante los meses de junio y julio, el catamarán de investigación Oceana Ranger se ha dirigido al Mar de Alborán para obtener información sobre la operación de la tercera de las grandes flotas de rederos de deriva que actúa ilegalmente en el Mediterráneo. Se trata de la flota marroquí, que con alrededor de 150 barcos con tecnología moderna y redes de hasta 12 kilómetros de longitud actúan en todo el sur del Mar de Alborán y en la zona del Estrecho de Gibraltar.

Estos barcos tienen principalmente sus bases en los puertos norteafricanos de Nador, Alhucemas y Tánger. Con una eslora de cerca de 15 metros y una tripulación de entre 8 y 14 hombres, los rederos de deriva se dedican a la pesca del pez espada. La mayoría de las capturas son de individuos que no se han podido reproducir y casi todos ellos por debajo de la talla mínima ilegal. El tamaño medio de los peces espada capturados en el Mediterráneo ha pasado de 48 kg en los ejemplares capturados en los anos ochenta, a una media de 10 kg. en 1997, coincidiendo con la proliferación de redes de deriva en este mar. Los especimenes que el Ranger ha podido documentar en las capturas de los rederos marroquíes esta semana son todavía mucho más pequeños. Este recurso renovable esta siendo empujado hacia su agotamiento.

Además de contribuir a la sobreexplotación de la especie objetivo de su actividad, el pez espada, los rederos marroquíes provocan una enorme cantidad de capturas accidentales, tales como peces luna (una especie que se alimenta de medusas) rayas y tiburones.

Las redes ilegales de la flota marroquí provocan además, la muerte de decenas de miles de cetáceos, como delfines, calderones, cachalotes y ballenas de distintas especies, que quedan enganchados en las mismas y mueren ahogados, en ocasiones tras una dolorosa agonía. Un informe de WWF de 2003 estimo las capturas accidentales de delfines listados y comunes en alrededor de 15.000 ejemplares al año, y las de tiburones en 100.000 ejemplares.

En los últimos días, la organización Verdemar-Ecologistas en Acción de Cádiz ha denunciado la presencia de decenas de rederos de deriva marroquíes en pleno Estrecho de Gibraltar donde, además de los daños ecológicos que causan, provocan graves peligros a la navegación ya que las redes, colocadas en una zona de intenso trafico marítimo, pueden acabar enredándose en las hélices dejando a los buques sin gobierno.

El catamarán de investigación Oceana Ranger, que navega por el mar de Alborán desde principios de agosto para documentar gráficamente la presencia en el mar y en los puertos marroquíes de estos pesqueros ilegales, ha sido testigo de las llamadas de seguridad desde la torre de control del trafico marítimo de Tarifa, en las que se advierte por radio a los buques que cruzan el estrecho de la peligrosidad de hacerlo en los momentos en los que la zona de separación de tráfico está ocupada por redes de deriva.

Oceana ha podido comprobar, sin embargo, que la concentración de rederos marroquíes no se produce solamente en Gibraltar, sino en todo el mar de Alborán, donde se puede advertir la presencia de estos artes ilegales. Incluso en las cercanías de la Reserva Marina de la Isla de Alborán, Oceana ha documentado mediante videos y fotografías la presencia de al menos media docena de pesqueros, con redes prohibidas de más de 10 kilómetros de longitud. Las zonas cercanas a los bancos de Xauen, Tofinño, Provençaux y Cabliers, todos ellos en aguas internacionales, son igualmente “puntos calientes” de la actividad de decenas de rederos marroquíes.

Durante el temporal de levante de los últimos días, investigadores de Oceana se han desplazado por tierra a los puertos marroquíes que la flota ilegal de rederos utiliza como base. Allí, se ha podido fotografiar decenas de barcos que esperan en tierra la mejora de las condiciones metereológicas mientras reparan cientos de kilómetros de red, como se observa en grandes montones en las cubiertas de los pesqueros y sobre los muelles o extendida sobre los mismos.

Las redes de deriva están prohibidas en todo el Mediterráneo desde 1997 por el Consejo General de Pesca del Mediterráneo (CGPM), un organismo de la FAO, por el acuerdo 97/1, que es vinculante para todos los países miembros de este organismo internacional, entre ellos Marruecos. Por tanto, la actividad de la flota de rederos se enmarca en la IUU (siglas en ingles de pesca ilegal, no declarada y no reglamentada), una denominación técnica oficial de lo que se conoce comúnmente como pesca pirata.

Igualmente, el ICCAT (Convención Internacional para la Conservación del Atún Atlántico), una organización intergubernamental dedicada a la regulación de la pesca del atún y las especies afines, acordó en 1996 (resolución 96/15) y reiteró en 2001 y 2003 la prohibición internacional de las redes de deriva

La propia legislación marroquí prohíbe el uso de redes de deriva de longitud superior a 2.5 kilómetros a través de su circular 5458 del 20 de noviembre de 1992, pero obviamente las autoridades de Marruecos no hacen efectiva su propia prohibición.

El reciente acuerdo de pesca de la Unión Europea con Marruecos contempla que parte de los 14 millones de euros que se entregaran al gobierno marroquí para el desarrollo de su política pesquera vayan destinados a financiar la retirada de estas redes ilegales, lo que no deja de ser irónico si se tiene en cuenta que dos países europeos, Francia e Italia, muestran una generosa tolerancia con sus propias flotas ilegales de rederos de deriva.

“Oceana requiere de todos los gobiernos, europeos o africanos, el cumplimiento de la legislación internacional que permita la recuperación de los recursos pesqueros e impida la matanza de decenas de miles de cetáceos, tiburones y otras capturas accidentales’ ha declarado Xavier Pastor, director de Oceana para Europa, a bordo del catamarán de investigación Ranger.

Oceana

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