Diecisiete países del Africa Sub-sahariana se enfrentan con emergencias alimentarias excepcionales provocadas por las adversas condiciones atmosféricas, la persistencia de los conflictos civiles y la inseguridad, dice la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en un nuevo informe publicado hoy (La situación de los suministros alimentarios y perspectivas de los cultivos en Africa sub-sahariana).
En el Cuerno de África, el espectro de otra sequía se cierne sobre varios países. En Sudán, el recrudecimiento del conflicto en el sur de la nación ha provocado la fuga de un gran número de personas y empeorado la ya precaria situación alimentaria causada por la sequía, dice la FAO. En Somalia, se prevé una grave escasez de alimentos. En el sur de Africa, la producción de alimentos se ha reducido significativamente en varios países. En Zimbabwe, la situación alimentaria es fuente de preocupación, según indica el informe.
"Es necesario llevar a cabo todos los esfuerzos posibles para atajar el empeoramiento de la situación alimentaria en Sudán y Somalia", dice Abdur Rashid, Jefe del Sistema Mundial de Información y Alerta. "Las perspectivas de la situación alimentaria para la próxima cosecha son malas y serán necesarios planes contingentes de ayuda alimentaria en los próximos meses".
En Sudán, se calcula que actualmente tres millones de personas necesitan asistencia y la cifra está destinada a aumentar. La situación reviste una gravedad particular en Bahr-El-Ghazal donde se han intensificado los disturbios civiles, señala el informe. "En otros lugares, las cosechas escasas durante dos años y el agotamiento de las reservas han desembocado en un drástico aumento del precio de los cereales, limitando el acceso a los alimentos de vastos sectores de la población". Muchos agricultores y otros grupos vulnerables han emigrado en busca de trabajo y comida. "Se necesita con urgencia más ayuda alimentaria y asistencia logística para atajar la hambruna", continúa el informe.
En Somalia, las perspectivas de los principales cultivos de cereales "gu" para el 2001 son malas a causa de las lluvias escasas. A pesar de las buenas cosechas de las dos últimas temporadas, pueden producirse graves dificultades provocadas por la falta de lluvias, el lento restablecimiento tras una serie de sequías y los efectos a largo plazo de años de inseguridad. Los precios de los alimentos se han disparado, menoscabando el poder adquisitivo de muchas personas.
En el sur de África, una mezcla de prolongadas rachas secas, graves inundaciones y trastornos de las actividades campesinas en algunas zonas, ha comportado un déficit significativo de la producción.
En Zimbabwe "buena parte de la población pasa por estrecheces alimentarias", subraya el informe. Este año la principal cosecha de maíz se calcula en 1,5 millones de toneladas, un 28 por ciento menos que el año anterior. "La producción de cereales se ha visto afectada por la gran disminución de la superficie sembrada en las explotaciones comerciales a larga escala debido a las repercusiones negativas de las operaciones de adquisición de las tierras y en el sector comunal por el retraso de los pagos de la Junta de Comercialización de Cereales.
En las zonas rurales, los más afectados son los campesinos que han tenido malas cosechas a causa de la racha seca de enero y a la pluviosidad excesiva en febrero y marzo, así como los que todavía no se han recuperado del impacto del ciclón Eline, que arrasó el pasado año las zonas del sur. "Los campesinos que han perdido sus trabajos a consecuencia de la invasión o de la adquisición de las tierras y las poblaciones vulnerables en las zonas donde la inseguridad alimentaria es crónica se enfrentan también con una situación alimentaria muy difícil. En las zonas urbanas la bajada de los sueldos, el aumento del precio de artículos de alimentación así como de los géneros no alimentarios y las graves carencias de combustible debido a la escasez de divisas, afectan seriamente a los hogares que tienen un bajo nivel de ingresos".
En Etiopía, las actuales lluvias "belg" favorables y los excelentes cultivos de cereal "meher" y de semillas del año pasado han mejorado de forma significativa la situación general de los abastecimientos alimentarios en el país. Sin embargo, unos 6,5 millones de personas afectadas por las sequías sucesivas y la guerra con Eritrea dependen de la ayuda alimentaria. En Eritrea las perspectivas alimentarias siguen siendo malas, un gran número de campesinos no puede volver a sus tierras y amplias zonas de terreno continúan siendo inaccesibles debido a las minas.
En Kenya, a pesar de la mejora general de los abastecimientos de alimentos, las lluvias inadecuadas de mayo y junio, sobre todo en las zonas de pastoreo, han oscurecido las esperanzas de recuperación tras la reciente y devastadora sequía.
En el sur de Africa, la producción de alimentos ha disminuido significativamente en varios países, debido a la menor siembra y a la climatología adversa. La producción de maíz, que representa el 90 por ciento de la producción total de cereales de la zona, se calcula en 13,7 millones de toneladas, 26 por ciento menos que en el 2000 y muy por debajo del volumen habitual. En Swazilandia y Lesotho, las necesidades de importación han aumentado enormemente comparadas a las del año pasado debido a la drástica bajada de la producción de cereales en 2001. También Zambia, Namibia y Botswana han experimentado descensos significativos en la producción de cereales secundarios. Por el contrario, este año el volumen de cereales en Angola se calcula muy superior al del año anterior. Sin embargo, 1, 3 millones de prófugos internos necesitan ayuda alimentaria de emergencia.
En África Occidental la situación alimentaria es particularmente crítica en algunas zonas de Burkina Faso, Chad, Níger y Liberia.
Persiste la emergencia alimentaria en la región de los Grandes Lagos. En la República Democrática del Congo, la situación de la alimentación y la nutrición de unos 2 millones de prófugos internos es dramática. En Burundi, el aumento de la inseguridad ha provocado la fuga de multitud de campesinos, así como el caos de la producción alimentaria y de las actividades comerciales, mientras en Ruanda, la situación de la seguridad, sigue siendo precaria en algunas zonas.
Los 17 países que se enfrentan con emergencias alimentarias excepcionales son:
Angola: conflicto civil, desplazamiento de la población; Burkina-Faso: sequía; Burundi: conflicto civil e inseguridad; Chad: sequía; República Democrática del Congo: conflicto civil, prófugos internos (PDI) y refugiados; Eritrea: PDI, repatriados y sequía; Etiopía: sequía, PDI; Guinea: disturbios civiles, desplazamiento de la población; Kenya: sequía; Liberia: secuelas del conflicto civil, escasez de insumos; Níger: sequía; Ruanda: sequía en diversas zonas; Sierra Leona: conflicto civil, desplazamiento de la población; Somalia: sequía, guerra civil; Sudán: disturbios civiles en el sur, sequía; Tanzania: déficit de alimentos en varias regiones a causa de la sequía; Uganda: conflicto civil en algunas zonas, sequía.
FAO