Las 36.000 hectáreas de arroz de la provincia de Sevilla pueden acogerse a la producción integrada, prácticas respetuosas con el medio ambiente, gracias a la próxima publicación de la normativa que regulará las ayudas a métodos de producción agraria compatibles con la protección del medio ambiente, según la Federación de Arroceros de Sevilla.
La ampliación en la superficie permite a la Federación aumentar el número de técnicos en el campo, que pasarían de 32 a 50, con el objetivo de asesorar de forma directa a los productores para un buen uso de abonos y productos fitosanitarios.
Los controles sanitarios que ejercen los técnicos en los arrozales sevillanos, donde se practican estos métodos compatibles con el medio ambiente, han permitido la obtención de una cosecha récord durante las dos últimas campañas, donde se han batido los techos de producción en la historia del cultivo sevillano alcanzando una producción superior a las 300.000 toneladas, debido, entre otras razones, a la buena calidad del agua y al control sanitario de los técnicos.
La producción integrada implantada en Sevilla ha sido modelo a seguir por los productores de otras regiones españolas como Extremadura y Aragón, siendo exportado a otros países como Portugal, que ha implantado estas técnicas desde la campaña pasada después de un curso de formación impartido por la propia Federación de Arroceros de Sevilla a los técnicos lusos.
Disminución del 60% en agroquímicos
Los logros de estas medidas repercuten no sólo sobre la producción (con 9.000-9.500 kilos por hectárea de media en la marisma sevillana frente a los 7.000-7.500 de otras zonas productoras como el Delta del Ebro), sino también sobre la naturaleza debido a una considerable disminución en el empleo de agroquímicos gracias al control de los técnicos en el campo. Como media en los últimos cinco años se han empleado un 60 por ciento menos de agroquímicos que en la agricultura en general. Sevilla es la principal provincia productora de arroz de España y ha sido pionera en Europa en implantar técnicas de producción respetuosas con el entorno natural.
La estrecha relación que existe entre los arroceros y los técnicos de campo, convertidos en observadores del medio ambiente, les permite realizar diagnósticos previos ante la aparición de plagas, enfermedades o malas hierbas y anticiparse a problemas futuros.
Hongos endémicos en la zona como la pyricularia, que hace unos años provocaron pérdidas de 9,02 millones de euros (1.500 millones de pesetas), se mantienen controlados gracias a la técnicas de producción integrada; al igual que sucede con plagas como la pudenta. Las repercusiones sobre un entorno natural frágil como Doñana es una considerable disminución en el empleo de agroquímicos. Esta disminución es posible gracias a un incremento del control de las condiciones atmosféricas gracias a las cinco estaciones meteorológicas y a 28 termohigrógrafos digitales que permiten al agricultor conocer las horas de máximo peligro en los que la planta puede ser atacada.
En ese sentido, la incorporación de la informática, de las nuevas tecnologías y el uso del laboratorio permiten a los técnicos diagnosticar de forma inmediata las enfermedades, analizar y conocer las plagas y malas hierbas y cotejar los niveles de sal del agua, lo que facilita la actuación inmediata sobre cualquier patógeno.
Apuesta por las nuevas tecnologías
En ese sentido, la Federación de Arroceros ha dado un paso más en la incorporación de las nuevas tecnologías a través del Plan de Avisos Telefónicos tras el acuerdo con Telefónica Movistar, por el cual cualquier arrocero que lo autorice podrá recibir puntualmente información de su técnico sobre necesidades hídricas de las tierras o plagas, a través de mensajes SMS mediante el móvil y de forma totalmente gratuita, siguiendo el modelo creado por la Azucarera Ebro.
Ceres