Acción de Greenpeace en Italia contra los transgénicos

Nota de Greenpeace

Los activistas, de nacionalidades española, austriaca, finlandesa, danesa y noruega, están intentando evitar que entre o salga soja transgénica de estas instalaciones. Han acordonado la zona y muestran pancartas con frases como: Europa dice no a los transgénicos. Greenpeace quiere que el puerto de Ravena, principal entrada de transgénicos a Italia, sea declarado Zona libre de transgénicos.

La compañía Bunge, que habitualmente se abastece de estas instalaciones, no descarta seguir importando transgénicos. Greenpeace había tomado muestras de soja de esta instalación, resultando transgénicas.

Esta acción se enmarca en una campaña contra los transgénicos en todo el planeta. La semana pasada, en el puerto Brasileño de Paranaguá, evitaron que se cargara soja no transgénica en un barco cargado con soja transgénica argentina perteneciente a la compañía Bunge. El pasado domingo el barco Esperanza de la organización interceptaba otro buque cargado con 40.000 toneladas de soja transgénica argentina en el puerto italiano de Chioggia; los activistas se encaramaron a diversas estructuras del barco, cuya carga pertenece a las compañías Bunge y Cargill.

El pasado miércoles 12 tuvo lugar una reunión en Barcelona entre el máximo representante a nivel internacional de Bunge (cuya filial española es Moyresa) y los responsables de la campaña contra los transgénicos de Greenpeace España e Internacional. En ella se trató el comercio de soja transgénica llevado a cabo por esta compañía que acapara el 70% del mercado nacional de molturación de soja.

“Greenpeace seguirá denunciando ante la opinión pública a aquellas empresas que siguen haciendo negocio con la soja transgénica”- ha declarado Juan Felipe Carrasco, responsable de la campaña contra los transgénicos de Greenpeace-”Estos productos tienen como destino la industria alimentaria, por lo que Moyresa/Bunge Ibérica tiene una posición privilegiada para influir sobre estos mercados y sobre la calidad de la alimentación de todos los ciudadanos europeos”.

El pasado 20 de abril, Greenpeace denunciaba, con una acción de protesta en su fábrica de Cartagena, que esta empresa comercia con alimentos transgénicos. La empresa pretendía entonces contaminar un barco de soja no transgénica procedente de Brasil en una instalación que procesa indiferentemente soja transgénica y no transgénica. Moyresa afirmó que los almacenes habían sido descontaminados. Sin embargo, los análisis de las muestras que Greenpeace tomó durante la acción arrojan un impresionante resultado: al menos una de las muestras tomadas contiene 74% de transgénicos.

Greenpeace espera que el nuevo Gobierno trabaje activamente en contra de la contaminación genética y ponga en marcha los mecanismos de inspección y control que exige la legislación europea e internacional (como el Protocolo de Bioseguridad) que el anterior gobierno pasó por alto. Greenpeace defiende el derecho de los ciudadanos a elegir su alimentación, sobre todo teniendo en cuenta los 4 millones de toneladas de soja y el más de medio millón de de maíz transgénicos que entran en nuestros alimentos sin nuestro conocimiento.

Greenpeace

Deja una respuesta