"Con un total de 143 razas catalogadas hasta el primer semestre del 2002, de las cuales 121 son razas autóctonas, España se sitúa a la cabeza de la Unión Europea en cuanto a diversidad genética. Dentro de esas razas autóctonas existe una, la Raza de Lidia, que está integrada a los nuevos condicionantes de la producción ganadera por su adaptabilidad al medio ambiente, por el aprovechamiento de recursos de montaña y zonas desfavorecidas, por el mantenimiento de una variabilidad genética para afrontar los cambios de las demandas del mercado y por su contribución al desarrollo de las zonas rurales".
Con estas palabras el ministro Arias Cañete destacaba algunas de las características de la Raza Bovina de Lidia, durante el acto de presentación del libro "Prototipos raciales del vacuno de lidia" que, publicado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, se ha presentado hoy al sector y a los medios de comunicación.
En su discurso, Arias Cañete ha abordado igualmente otros aspectos que han influido en la evolución de esta raza, que se generó en España en plena Edad Media, y cuya preservación, ha precisado también de la colaboración de las Administraciones Públicas.
Así, la Raza Bovina de Lidia, explotada en un sistema extensivo, es capaz de aprovechar cualquier tipo de terreno, adaptándose por tanto a la progresiva reducción de la extensión de las fincas donde antes se explotaba, o a la calidad de las tierras, habiéndose desplazado hacia terrenos menos aprovechables para el resto de las razas, donde se desarrolla la actividad ganadera en perfecta armonía con el medio donde se desenvuelve.
Actualmente existen en España 1072 ganaderías de Lidia, localizadas en 13 Comunidades Autónomas, aunque más del 75% se encuentran ubicadas en cuatro de ellas, concretamente en Andalucía, Castilla-León, Extremadura y Castilla La Mancha.
El número total de hembras reproductoras inscritas en Libro genealógico es de 176.655, distribuyéndose 27.754 en Registro Fundacional. 91.821 en Registro Definitivo y 57.080 en Registro de Nacimientos.
A pesar del gran número de hembras reproductoras inscritas en Libro Genealógico, ocupando el segundo lugar en número de animales de pura raza, detrás de la Raza Frisona, estas no se distribuyen de manera proporcional entre los diferentes encastes de Toro de Lidia, existiendo graves problemas para mantener alguno de ellos.
Para recuperar, mantener y preservar el patrimonio genético, ha sido precisa también la colaboración de las Administraciones Públicas, creándose en 1998 un Banco de Germoplasma, que a finales de este año contará con más de 12.000 dosis seminales y con más de 100 embriones de encastes que están en peligro de extinción.
En la actualidad ya se cuenta con dosis seminales o embriones de encastes como el de Albaserrada, Saltillo, Santa Coloma, Casta Navarra, la Casta Cabrera, y la Vazqueña, pero aún se debe ampliar la lista para evitar la pérdida o desaparición de otros.
Además de trabajar en el mantenimiento de los distintos encastes, el MAPA ha comprendido también la necesidad de contar con una publicación oficial,en la que se difundiera esta riqueza genética, lo que ha motivado el apoyo para la realización y la publicación del libro que hoy se presenta.
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