La FAO utilizará la información para mejorar su propia capacidad y la de sus países miembros para hacer frente a las emergencias a nivel mundial: variaciones y cambio climático, desertización, deforestación, pérdida de biodiversidad, etc.
La colaboración con el “Stato Maggiore, Ufficio Generale per lo Spazio Aereo e la Meteorologia”(USAM) -la agencia italiana que proporciona la información-, incrementará notablemente la eficacia de la FAO para efectuar sus previsiones de cosechas en los países vulnerables.
La mejora de los datos y las previsiones meteorológicas ayudará también a los campesinos a obtener mayor provecho de los recursos de la tierra, el agua y el clima, contribuyendo a una mayor productividad en la agricultura, la silvicultura y la pesca en sus respectivos países.
“La promoción y el desarrollo de la agrometeorología tiene como objetivo ayudar a los países en desarrollo a reforzar su producción agrícola y la seguridad alimentaria sin dañar al medio ambiente”, aseguró Alexander Müller, Subdirector general de la FAO y responsable del Departamento de ordenación de recursos naturales y medio ambiente.
Al firmar el acuerdo en representación de la FAO, Müller destacó el esfuerzo realizado por la Oficina Legal del organismo durante el largo proceso de negociación con los mandos italianos del “Stato Maggiore Difesa”. Müller expresó además su agradecimiento al USAM y al Centro Nazionale di Meteorologia e Climatologia Aeronautica (CNMCA), situado en Pratica di Mare, en las cercanías de Roma, y que a partir de ahora colaborará de forma más estrecha en proporcionar datos climáticos a la FAO.
El general Massimo Capaldo, responsable de la sección de Meteorología del USAM firmó el acuerdo en representación del Ministerio italiano de Defensa.
Una larga tradición
La FAO cuenta con una larga tradición en las actividades relacionadas con el clima. En 1960, el organismo de la ONU firmó el primer acuerdo formal con la Organización Meteorológica Mundial (OMM), que dio lugar al nacimiento del “Proyecto de agroclimatología interagencias”, para promover los estudios agroclimatológicos en zonas donde había previsto desarrollar importantes proyectos agrícolas.
En 1968, la FAO la OMM y la UNESCO establecieron el “Grupo Mixto sobre Biometeorología Agrícola”, al que se unió en 1972 el Programa de Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente (PNUMA).
La FAO cuenta en la actualidad con una base de datos sobre el clima que sirve a unas 32 000 estaciones en todo el mundo. Produce mapas climáticos digitales, controla en tiempo real las condiciones de los cultivos alimentarios, realiza previsiones sobre rendimientos de cosechas y evalúa el impacto agroclimático en los productos que se obtienen de la agricultura, los bosques y la pesca.
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