Alrededor de 90 países han llegado a un acuerdo sobre las nuevas directrices en materia de embalajes de madera que puedan contener insectos que atacan la madera, ha anunciado hoy la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Las nuevas directrices reconocen la posibilidad de que las plagas puedan penetrar y difundirse mediante los embalajes confeccionados con madera no tratada. Estas plagas pueden suponer una grave amenaza para los árboles, ha dicho la FAO.
Las directrices, adoptadas por la Comisión Interina de Medidas Fitosanitarias, de la Convención Internacional de Protección Fitosanitaria (CIPF), se proponen armonizar las diversas reglas internacionales sobre los embalajes de madera.
En los últimos años, por ejemplo, los Estados Unidos han impuesto medidas de cuarentena encaminadas a prevenir la introducción de coleópteros longicornes asiáticos en los embalajes de madera procedentes de China. China, por su parte, ha introducido sus propios requisitos de tratamiento y documentación para los embalajes de madera procedentes de los Estados Unidos que tendrían que evitar la introducción del nematodo de los pinares y la Unión Europea ha adoptado reglas de control de los nematodos en los embalajes de coníferas, tanto de Estados Unidos como de China.
Sobre el tapete se encuentra no solamente el problema de proteger a los bosques de plagas importadas, sino el flujo libre del comercio mundial en su conjunto, ya que los embalajes de madera, en forma de jergones, cajones, jaulas o madera de estibar se emplea en más del 70 por ciento de todos los envíos entre las naciones, ha recordado la FAO.
Los exportadores deberían garantizar que el material de embalaje estuviera libre de plagas, certificando con un símbolo reconocido en todo el mundo que ha sido sometido al calor o fumigado.
"Las nuevas directrices ayudarán de forma significativa a limitar el peligro de difusión de plagas, dice Robert Griffin, coordinador del Secretariado del CIPF, con base en la FAO. "Supondrán a la vez un beneficio inmediato para los comerciantes y la industria de fletes y un medio para potenciar la protección de los bosques de todo el mundo".
Pero las medidas fitosanitarias injustificadas pueden suponer barreras para el comercio, ha advertido Griffin. "Esas medidas de protección deben equipararse en todo el mundo mediante el empleo de normas internacionales que garanticen el comercio seguro. La protección debe basarse en preocupaciones legítimas y no crear barreras al comercio".
Entre las 13 normas internacionales adoptadas desde 1993 bajo la CIPF se encuentran directrices para el análisis de los peligros de plagas, requisitos para el establecimiento de zonas libres de plagas y un código de conducta para la importación y la difusión de agentes de control biológico. "La normas, directrices y sugerencias elaboradas en el ámbito de la CIPF están reconocidas por la Organización Mundial del Comercio (OMC) como los medios más adecuados de armonización", ha recordado Griffin.
Para los países en vías de desarrollo se hace cada vez más difícil adecuarse a las normas internacionales de sus socios comerciales, porque carecen de conocimientos e infraestructuras. Por este motivo, la FAO y los países desarrollados facilitan asistencia técnica y formación para modernizar las medidas fitosanitarias en los países en vías de desarrollo para que puedan hacer frente a las obligaciones internacionales.
Fao