Acuerdo para el desarrollo de tecnologías para la captura de CO2 en centrales térmicas

El convenio contempla la construcción de una planta piloto, en La Pereda (Asturias), donde probar las técnicas desarrolladas por los investigadores del CSIC a escala de 1 Megawatio térmico (MWt).

El desarrollo de este proyecto constituye el primer paso para probar la viabilidad de la técnica de este sistema de captura en centrales térmicas comerciales de carbón.

De comprobarse su potencial en La Pereda, el acuerdo plantea la posibilidad de realizar una segunda planta piloto para el desarrollo de ensayos en una escala de decenas de MWt. El objetivo final, planteado para dentro de unos diez años, consiste en la construcción de una planta de demostración, paso previo a su desarrollo industrial.
Además de Rodrigo, el acto contó con la presencia de José Ramón García, presidente de Hunosa, y de Juan Carlos Ballesteros, director de I+D de Endesa.

El presidente del CSIC mostró su confianza en el proyecto y recordó que la institución proyecta, entre sus líneas estratégicas, el impulso de
investigaciones relacionadas con la energía y, entre ellas, la línea de investigación en captura de CO2.

Rodrigo destacó asimismo la vocación del acuerdo por transferir el conocimiento científico a la sociedad, uno de los objetivos estratégicos del CSIC.
Por su parte, García calificó el acuerdo como un paso al que Hunosa se enfrenta con ”ilusión” e “interés”. Coincidió con Rodrigo en que, aunque el proyecto no consiga los objetivos marcados, “el fracaso sería no intentarlo”.

Ballesteros, por último, reiteró que el objetivo final de Endesa es desarrollar una planta de demostración industrial de captura de CO2. “Para ello, apostamos por el desarrollo tecnológico que empezamos con este convenio”.

CAPTURA DE CO2
Como explica el investigador del Instituto Nacional del Carbón (CSIC), en Oviedo (Asturias), y director técnico del proyecto, Juan Carlos Abanades, las distintas técnicas de captura de CO2 buscan evitar su emisión a la atmósfera. Para ello, una vez separado el gas, se procede a comprimirlo e inyectarlo en el subsuelo donde puede permanecer de forma segura durante miles o millones de años.

Hasta el momento, las tecnologías que tratan de retener este gas no se han probado a escalas superiores a decenas de MWt, aunque, como explica el investigador del CSIC, existe confianza en que puedan ser viables.

Como señala Abanades, el paso del prototipo del laboratorio a la planta piloto constituye una importante apuesta para el desarrollo de este tipo de tecnologías.

Desde 2000, el CSIC en el Instituto Nacional del Carbón (CSIC) y el Instituto de Carboquímica (CSIC), en Zaragoza, desarrollan un sistema de captura, pionero en el mundo, basado en la técnica de carbonatación-calcinicación.

“Empleamos óxido de calcio, cal viva, para absorber dióxido de carbono a altas temperaturas. Gracias a este proceso, se obtiene un sólido de carbonato cálcico del que se puede extraer el CO2 puro, que se destina a almacenamiento”, apunta.

La clave de esta técnica, según el investigador, reside en su eficiencia y en que el gasto energético preciso para su puesta en marcha es menor que en otros prototipos. “El coste que implica la captura de CO2 puede suponer hasta un 80% del total. Ser eficientes en esta etapa es fundamental para reducir gastos”, indica Abanades.

En relación con esta línea de investigación, el CSIC mantiene diversas patentes relacionadas con la captura de CO2.

CSIC

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