>El mercado ilegal constituye una muy seria preocupación para Aepla y sus empresas asociadas que hemos manifestado de forma reiterada a la administración competente en materia de control y a las fuerzas de seguridad del Seprona. Desde hace años venimos transmitiendo que esta situación debía atajarse con contundencia por sus importantes consecuencias para el mercado y la propia calidad de los productos hortofrutícolas.
Quienes vendan o compren productos fitosanitarios no autorizados influyen en la presencia de residuos incontrolados en los alimentos, provocan riesgos para la salud del aplicador y el consumidor y realizan una competencia desleal a las empresas que tardan años en investigar y desarrollar un producto, realizando todo tipo de pruebas y ensayos que certifiquen, por encima de todo, su seguridad ante personas, animales y el medio ambiente y luego esperan una media de 2 años en recibir la autorización oficial. Además del perjuicio que ocasionan a las redes legales y serias de su distribución comercial, todas esta medidas de seguridad se ven completamente anuladas en el momento en el que se utiliza un producto del que no se sabe nada en cuanto a lo que contiene, como se ha fabricado y de donde procede.
Al límite de la paciencia, al constatar que esta situación aumentaba de forma muy preocupante, en 2002 decidimos publicar nuestra alerta y opinión al respecto en los medios de las zonas de mayor consumo de productos fitosanitarios, Murcia y Almería. Previamente, comunicamos nuestra intención a TODOS los agentes implicados en el control, la venta y utilización de los productos apelando al sentido de responsabilidad de distribuidores, vendedores, prescriptores, técnicos, y agricultores y a la opinión pública que tiene derecho a saber que riesgos corre.
Cabe destacar que las empresas fabricantes de productos fitosanitarios asociadas a Aepla se han comprometido con un Código de Buenas Prácticas o Código Deontológico por el que acatan unas normas de ética con relación a tres aspectos fundamentales: 1. los productos; 2. los consumidores, usuarios y distribuidores de los productos y 3. a las propias empresas fabricantes; definiendo cuales son los comportamientos aceptables e inaceptables.
Aepla