Así se recoge en la Agenda del Regadío Andaluz–Horizonte 2015, que ha presentado al Consejo de Gobierno la titular de Agricultura y Pesca, Clara Aguilera.
El documento, elaborado con la participación de los agentes económicos y sociales del sector, establece la programación de los proyectos de mejora que deberán acometer las comunidades de regantes hasta 2015 para adaptarse a las exigencias de la Ley de Aguas de Andalucía, que obliga a un reajuste en los consumos para uso agrícola. Estas iniciativas movilizarán una inversión total de 1.509,9 millones de euros, aportada por la Consejería de Agricultura y Pesca, la Agencia Andaluza del Agua, el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino y las comunidades de regantes.
La consejera de Agricultura, Clara Aguilera, ha definido la Agenda como la «primera planificación estratégica» del regadío en el contexto nacional, y ha precisado que el horizonte de 2015 responde al plazo marcado por la directiva de aguas de la UE. Además, ha subrayado la idoneidad del momento actual para impulsar la modernización de estos cultivos, dado el «importante volumen» de fondos comunitarios disponible.
Aguilera ha apuntado que las líneas de acción contempladas en el documento redundarán en una «agricultura más competitiva y sostenible» y en «optimizar los recursos hídricos destinados al regadío«, una superficie que acapara el 40% de las ayudas directas de la política agrícola común. Asimismo, ha asegurado que el regadío del olivar ha sido el que más ha crecido en los últimos años.
Con la financiación de las administraciones públicas se sufragará hasta el 70% en proyectos modernización de regadíos y hasta el 50% si se trata de modernización de explotaciones. La aportación de la Junta de Andalucía será de 651,48 millones de euros.
La Agenda propone como principal objetivo modernizar todos los regadíos andaluces con más de 15 años de antigüedad para asegurar su competitividad y sostenibilidad en el nuevo escenario de la Directiva Marco del Agua de la Unión Europea y de la Ley de Aguas de Andalucía. Las medidas programadas se dirigirán sobre todo a mejorar la distribución del agua, promover el consiguiente ahorro, aumentar la garantía de su uso frente a situaciones de sequía, incrementar la calidad de los recursos hídricos, disminuir la contaminación difusa, fomentar la incorporación de nuevas tecnologías e impulsar programas de innovación, desarrollo e investigación. El ahorro de agua previsto con estas iniciativas equivale a los recursos hídricos que puede regular un gran embalse andaluz como Iznájar, La Breña o Guadalcacín.
De las 396.000 hectáreas que se modernizarán hasta 2015, 122.00 corresponden a olivar; 142.100 a cultivos del Bajo Guadalquivir y de las vegas del Guadalete y Barbate; 57.300 a las depresiones interiores; 35.100 a los cítricos y cultivos subtropicales del litoral mediterráneo; 25.700 a los intensivos de Almería; 8.400 a los regadíos de montaña, y 5.800 a los intensivos del litoral Atlántico. Aguilera ha indicado que las 396.000 hectáreas que restan por modernizar supondrán un ahorro medio de agua de 889 metros cúbicos por hectárea y año y un incremento medio de la producción de 408 euros por hectárea y año.
Riqueza y empleo
El regadío andaluz supera los 1,1 millones de hectáreas, lo que supone el 32,3% de la superficie cultivada en la comunidad. Sus cultivos representan un valor de 6.695 millones de euros (el 64,2% de la producción final agraria) y proporcionan trabajo a más de 192.000 personas (63,3% de todo el empleo agrario).
La mayor parte de la superficie corresponde al olivar, con 470.576 hectáreas. Le siguen los regadíos del Medio y Alto Guadalquivir (192.844); Bajo Guadalquivir, Guadalete y Barbate (166.482); depresiones interiores (91.787); intensivos de Almería (54.291); intensivos del litoral atlántico (51.532); cítricos y subtropicales mediterráneos (47.482), y regadíos de sierra (31.407).
Entre 1997 y 2008, los regadíos aumentaron en Andalucía un 36%, incremento que se debió fundamentalmente a la duplicación de la superficie correspondiente a olivar. Durante el mismo periodo se modernizaron 352.000 hectáreas, con unas inversiones de 1.380 millones de euros (870 cofinanciados por la Junta y la Administración central) que permitieron, entre otras mejoras, sustituir casi la mitad de todo el riego en superficie de la comunidad por sistemas de aspersión y localizados, más eficientes en el uso del agua. Como consecuencia, los regantes andaluces utilizan ahora un 25% menos de agua que hace diez años y, con los mismos recursos hídricos de entonces, pueden atender un 36% más de superficie.
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