Alerta sobre la llegada del avispón asiático

avispa asiática_foto ava-asaja

Tras más de cinco años devorando y diezmando las colonias de abejas de miel del sur de Francia, a finales del año pasado se confirmó la presencia de la Ves­­­­­pa velutina nigritorax en España. El hallazgo de la también llamada ‘avispa asiática’ en Hon­da­rri­bia, Irún y Oiartzun (Guipúzcoa, País vasco) ha desatado la alerta en el sector apí­co­la vas­co, que ya augura su rápida expansión por la cornisa cantábrica pero también en­tre los pro­ductores de miel aragoneses, catalanes y valencianos, pues se sabe que el in­sec­to po­­dría aclimatarse perfectamente al clima mediterráneo. AVA-ASAJA se ha dirigido a la Con­­­se­lleria de Agricultura y al Ministerio de Medio Ambiente para exigir que se extreme la vi­­­gi­lancia y para –como ya está haciendo el gobierno vasco- que se prepare un protocolo de actuación en ca­­so de que llegue a la Comunitat. La organización agra­­ria advierte que, de ins­­­ta­larse, no sólo provocaría la progresiva destrucción de decenas de miles de col­­menas sino que afec­ta­ría al sector hortofrutícola en general porque reduciría de forma drás­­tica la po­­li­ni­za­ción que realizan las abejas en general.

La Vespa Velutina fue detectada por primera vez en Europa en la región francesa de Aquí­tania pero hoy ya se extiende por más de 30 departamentos del país vecino y su erra­di­ca­­ción se considera impensable. Se sos­pe­cha que llegó de China vía puerto de Burdeos, en un con­­te­ne­dor con caquis, fruta que por su color atrae especialmente al insecto y que tam­­bién es uno de los cultivos estratégicos va­len­cianos. “De momento, es sólo una amena­za cier­ta pero con­viene estar preparados porque –como con casi todas las especies in­va­so­ras- la detección precoz será clave para aplicar medidas con las que frenar su expansión”, ad­­vierte el presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, quien reclama la co­la­boración de los apicultores o incluso de los excursionistas para así detectar antes su presencia en el campo.

El avispón asiático mide alrededor de 3 cen­­tímetros (aunque las reinas pueden al­canzar los 5 cm), más del triple que la abeja eu­ro­pea y suele construir impresionantes nidos sobre los árboles con un diámetro de hasta medio metro. Se distingue del autóctono –la Vespa cabro- porque el abdomen de este invasor asiático es de color negro o marrón os­curo, la cabeza negra con frente anaranjada y con los extremos de las patas tam­bién ama­ri­llen­tos. Pero la gran diferencia con las avispas locales es su voracidad: mientras que las ‘na­cio­nales’ pueden matar una o dos abejas obreras, la asiática arrasa colmenas enteras e in­clu­­so, según National Geographic, en sólo tres horas el ataque de 30 de estos insectos pue­de ser capaz de decapitar y des­mem­­brar hasta 30.000 abejas.

AVA-ASAJA recuerda, en este sentido, que los dos principales problemas de la api­cul­­tu­­ra valenciana –la segunda de España en número de colmenas y la primera con mayor pro­­­­ducción, según el MARM- fueron ‘importados’. El ácaro Varroa se instaló a mediados de los 80 pro­cedente del sudeste asiático y el síndrome de des­po­blamiento de colmenas –cuyo trata­miento aún no está definido- tampoco se originó en el viejo continente. Se estima que ambas en­fer­medades han re­du­ci­do la población de abejas en más de un 40%.

AVA-ASAJA

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