Nota de Asaja Sevilla
Como se recordará en marzo del pasado año, se publicó la Orden de la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía sobre limitación de la superficie del cultivo del algodón, en la campaña 2002/2003. Como novedad, se permitía una superficie total que pudiera acogerse a medidas excepcionales, de hasta 3.000 has. en la Comunidad Autónoma de Andalucía, dándose un plazo para presentar estas solicitudes a los cultivadores de algodón. Así, la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía, en una primera valoración, estimó que se iban a aprobar solicitudes correspondientes a 2.400 has., dentro de la excepcionalidad establecida. Sin embargo, por un error de cálculo, no contaron con que prácticamente se iban a aprobar unas 3.000 has., amparadas en la citada normativa.
Posteriormente, en octubre, y cuando el cultivo del algodón estaba prácticamente recolectado, en una norma absolutamente extemporánea, la Consejería de Agricultura volvió a publicar una Orden estableciendo un nuevo plazo de presentación de solicitudes para acogerse a las excepcionalidades previstas. Concretamente, para aquellos agricultores que habiendo presentado en plazo la declaración de siembra del cultivo de algodón en la campaña 2002/2003, no lo hubieran solicitado con anterioridad. La apertura de un nuevo plazo de solicitudes por parte de la Consejería de Agricultura fue un error, ya que el límite máximo de hectáreas (3.000 has.) estaba cubierto, y con ello se estaban creando falsas expectativas e ilusiones para los agricultores algodoneros. Como consecuencia, nos encontramos con 691 has. que reuniendo las condiciones de la normativa de la pasada campaña, sin embargo no podían optar al derecho a la ayuda. Y así nos encontramos con que actualmente 200 algodoneros tradicionales, en lugar de cobrar el algodón aproximadamente a 1 euro, lo cobrarán a 0,27 euros, lo que supone un grave perjuicio para sus economías.
De cualquier forma, tanto el error provocado por la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía como la intransigencia y prepotencia del Ministerio de Agricultura, no están ayudando a la resolución de este conflicto, que se podría solucionar, si ambas Administraciones mostraran buena voluntad y disposición a la flexibilidad. Una vez más, el eterno conflicto y la confrontación entre Administraciones, provoca que "los platos rotos se rompan en la cabeza de los agricultores".
Por ello desde ASAJA-Sevilla, solicitamos que con urgencia se resuelva definitivamente este conflicto, que la Consejería reconozca su error, y que el Ministerio de Agricultura abandone su actitud obstinada, de manera que se eviten los graves perjuicios económicos que se está provocando a estas familias andaluzas.
Asaja-Sevilla