Greenpeace alerta que Australia, Canadá, Rusia y Japón están intentando minar el Acuerdo de Bonn alcanzado el pasado mes de julio para concretar las medidas para la implantación del Protocolo de Kioto, el acuerdo internacional para prevenir el peligroso cambio climático.
La 7ª Reunión de las Partes (COP7) del Convenio Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático empiezó ayer para concretar los detalles del Acuerdo de Bonn. El Protocolo fue inicialmente propuesto para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 5% respecto a los niveles de 1990 pero las normas por las cuales había sido aceptado eran tan débiles que actualmente es improbable que ni siquiera se consiga reducir estas emisiones de gases invernadero.
«Es vital que en las próximas dos semanas en Marrakech el Protocolo no se vea más debilitado. Ni siquiera el objetivo duramente alcanzado del Protocolo de una reducción del 5% daría paso al proceso de reducción del 80% necesario para prevenir niveles peligrosos del cambio climático,» declaró Bill Hare, Director de la Política Climática de Greenpeace. «Australia, Canadá, Rusia y Japón no deben permitir un debilitamiento mayor del Protocolo de Kioto. Los delegados deben terminar su trabajo.»
La mayoría de los países tienen el objetivo de ratificar e implantar el Protocolo en el año 2002, y se están preparando para esta fecha, pero unos pocos, incluyendo Australia, Canadá y Japón todavía mantienen suspensos los detalles finales antes de la ratificación. Estados Unidos, que firmó y ratificó el Convenio Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático en 1992, y firmó el Protocolo de Kioto en 1997, continúa sin tener la intención de ratificar o implementar el Protocolo.
En su intento actual de evitar que el Acuerdo tenga consecuencias legales, Australia ha procurado debilitar el Protocolo por entero al querer sustituir la palabra «debería» por «deberá» en el Acuerdo de verificación, debilitando su poder legal. Australia también quiere participar con sus propias cartas en el uso de los bosques y la tierra, y está tratando de conseguir normas escritas para que no se tenga que decir el lugar donde están los bosques.
Japón está extremadamente nerviosa sobre las penalizaciones legales obligatorias por el incumplimiento en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. Canadá también quiere debilitar el Tratado para aprovechamiento de sus sumideros. Rusia está demandando una cuota mayor de ‘aire caliente’ que el alcanzado en Bonn.
Estados Unidos rehúsa ratificar el Protocolo en su totalidad, pero aún está participando en las negociaciones. EEUU anunció que se incorporaría con una política alternativa para combatir el cambio climático, pero no ha sido así. Greenpeace vigilará estrechamente a EEUU si intentan bloquear el Protocolo o interfieren en el progreso realizado por los demás participantes.
«Durante las dos próximas semanas de negociaciones, haremos todo lo posible para asegurar que el Protocolo sea tan efectivo para el medio ambiente como sea posible,» declaró José Luis García Ortega, responsable de la Campaña de Cambio Climático de Greenpeace España.
El Protocolo representa el único instrumento legal internacional para despertar al mundo hacia la reducción masiva de emisiones de gases de efecto invernadero necesaria para evitar el peligroso cambio climático. No podemos permitir que se sacrifique el planeta por la avaricia y la falta de previsión.
Greenpeace
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In 1798, Thomas Jefferson wrote the Kentucky Resolutions in response to the Alien and Sedition Acts, which was one of the federal governments earliest acts of usurpation. An early draft of it began: