Un nuevo manual publicado conjuntamente por FAO y Organización Mundial de la SALUD (OMS) reconoce la relación entre infección y nutrición, y ofrece consejos alimentarios para los aproximadamente 42 millones de personas que conviven con VIH/SIDA.
La nutrición equilibrada refuerza el sistema inmunitario y potencia los niveles de energía, ayudando así al organismo a resistir a los estragos de la enfermedad. Si se consigue mantener el peso corporal es más fácil soportar los tratamientos farmacológicos y evitar la malnutrición.
«La relación entre HIV/SIDA y malnutrición es un ejemplo particularmente extremo del círculo vicioso de la disfunción inmunitaria, de las enfermedades infecciosas y la malnutrición», afirma David Nabarro, Director Ejecutivo de la OMS para el desarrollo sostenible y el medio ambiente saludable.
«Durante mucho tiempo se han ignorado los aspectos nutricionales de VIH/SIDA. La atención se dirigía siempre a los tratamientos farmacológicos», dice William Clay de la División de Alimentos y Nutrición de la FAO. «El mensaje era siempre: ‘Tome dos pastillas después de las comidas’. Pero se olvidaban de las comidas».
Casi el 95 por ciento de las personas afectadas por el VIH/SIDA vive en los países en desarrollo donde escasean los cuidados sanitarios, los recursos y los medicamentos. Para estas personas, una dieta equilibrada es una forma positiva de responder a la enfermedad.
«La comida no es una varita mágica. No impedirá que las personas sigan muriendo de SIDA», agrega Clay, «pero puede ayudarlas a vivir una vida más larga, más cómoda y más productiva».
Graeme Clugston, Director del Departamento de Nutrición para la salud y el desarrollo de la OMS, confirma la necesidad de poner especial atención a la nutrición: «El efecto del VIH en la nutrición inicia en los primeros momentos de la enfermedad, incluso antes de que la persona sepa que ha contraído el vírus».
La ecuación del SIDA
El SIDA se difunde con frecuencia cuando la presencia del virus de inmunodeficiencia humana (VIH) entre la población coincide con una serie de circunstancias sociales y económicas como el hambre, la inseguridad alimentaria, la pobreza extrema y las crisis sociales. Circunstancias de ese tipo pueden hacer que las personas, especialmente hombres y mujeres jóvenes, se vean obligados a practicar actividades de alto riesgo, como la prostitución, para poder conseguir comida para ellos y para sus familiares.
Cuando el SIDA ataca a un miembro de la familia su efecto repercute en las vidas de todos sus componentes. Si el principal productor de comida enferma, la familia corre el peligro de caer en la malnutrición y por tanto, es más susceptible a la infección.
El SIDA tiene un efecto devastador en el bienestar nutricional de las personas ya que:
Se reduce la absorción de nutrientes
El apetito y el metabolismo se trastornan
Los músculos, órganos y otros tejidos se deterioran
Las infecciones secundarias y otras enfermedades causan el aumento de la demanda de energía y de nutrientes
A pesar de la pérdida del apetito y de las dificultades para comer, las personas que viven con el VIH/SIDA tendrían que comer mucho más para combatir la enfermedad y para contrarrestar la pérdida de peso.
Las personas afectadas por el VIH/SIDA necesitan más proteínas para reconstruir el tejido muscular, más alimentos ricos de energía para ganar peso, vitaminas y minerales para reforzar el sistema inmunitario, y agua para combatir la deshidratación.
Alimentos para estar mejor
El manual de FAO/OMS ofrece a los hogares que cuentan conun miembro enfermo de SIDA soluciones baratas y disponibles localmente para aliviar los síntomas relacionados con la enfermedad.
Las hierbas y especias pueden abrir un apetito desganado o mejorar la digestión, además de otros efectos benéficos. La canela se puede preparar en infusión, como el te, para calmar los resfriados de pecho, por ejemplo, y las hojas de menta se pueden utilizar para hacer gargarismos.
Además de fomentar las buenas costumbres alimentarias, la FAO espera también que el manual sirva para mejorar la dieta, la salud y la resistencia a la infección de toda la familia.
El manual está concebido para que lo usen las personas que cuidan a los enfermos, los trabajadores del sector sanitario, los grupos comunitarios y las organizaciones no gubernamentales. El volumen aborda, entre otros, los siguientes temas:
formas de controlar la pérdida de peso y el consumo de alimentos
folletos informativos sobre los principios de una dieta saludable
consejos para garantizar una higiene adecuada mientras se preparan los alimentos
recetas con ingredientes que refuerzan los micronutrientes del sistema inmunitario, como vitaminas y minerales
El manual explica también la manera de aliviar los síntomas del VIH/SIDA, como la falta de apetito, el cansancio o la sequedad de boca, sugiriendo recetas de sopas, tés y estofados con frutas y verduras, como la guayaba, la papaya y baobab que crecen en las zonas rurales de los países en desarrollo más afectados por la epidemia del SIDA.
«Esperamos que esta guía sea una piedra angular, que la adopten las comunidades afectadas por el SIDA y que sensibilice a las personas sobre el papel vital de la nutrición en la existencia de una persona que vive con el VIH/SIDA», concluye Clay.
Correr la voz
Para asegurar que los beneficios de una nutrición adecuada puedan llegar a las personas que conviven con el VIH/SIDA, la OMS está llevando a cabo cursos de formación y materiales educativos para los profesionales del área de salud y atención al paciente. Durante esta semana se llevará a cabo en Sudáfrica el segundo taller de este tipo. Los materiales usados en este curso se publicarán en el próximo mes de septiembre en forma de guías que servirán para posteriores capacitaciones.
«El apoyo y el consejo sobre cuestiones nutricionales es esencial para las personas que conviven con el virus del SIDA y es particularmente importante allí donde la inseguridad alimentaria y la malnutrición es endémica, asegura Randa Saadeh, Oficial técnica responsable de los programas educativos de la OMS.
La OMS está desarrollando standars de necesidades alimentarias de las personas que conviven con el VIH/SIDA y difundiendo conocimiento sobre este asunto mediante:
la organización de consultas de expertos para revisar y ofrecer orientación sobre las necesidades dietéticas y nutritivas de las personas que conviven con el VIH/SIDA
desarrollando pautas de investigación que determinen el impacto de una mejor nutrición en la prevención de la infección del virus VIH y en el desarrollo del virus hacia la enfermedad, y en la frecuencia de contagio de otras infecciones colaterales
desarrollando y promoviendo tecnologías alimentarias que beneficien a las personas afectadas por el virus VIH
«Esperamos que esta información pueda facilitar el trabajo de gobiernos y organizaciones a la hora de preparar orientaciones sobre cuidados nutricionales para las personas que viven con el VIH/SIDA», dice Randa Saadeh.
El manual sobre cuidados nutricionales y apoyo a las personas que conviven con el VIH/SIDA, titulado Vivir mejor con el VIH/SIDAestá disponible en la página web de la FAO.
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