ALIMENTAR LAS CIUDADES EN ASIA, MISIÓN PRINCIPAL DE LA FAO – AGRICULTURA Y PESCA

La iniciativa de la FAO llamada Abastecimiento y distribución de alimentos a las ciudades está lista para ponerse en marcha en Asia, donde vive el 61 por ciento de la población mundial y se concentra el mayor número de ciudades del mundo. La población urbana de esa región crece aceleradamente: 15 millones al año en China, 7,3 millones la India y 1,2 millones en Bangladesh. La FAO, a través de su programa de fondos fiduciarios Abastecimiento y distribución de alimentos a las ciudades viene trabajando desde hace cinco años para llamar la atención sobre la falta de seguridad alimentaria de la población rural de escasos recursos y a la urgente necesidad de tomar medidas para facilitar su acceso a alimentos sanos y adecuados. En Asia, entre el 20 y el 40 por ciento de la población urbana está clasificada como pobre. Este programa, que depende de financiamiento externo, ya está funcionando en diversas ciudades de África, Asia, el Cercano Oriente y América Latina, para hacer frente a sus problemas de inseguridad alimentaria. En noviembre de 2000 se celebrará en Bangkok un curso regional de sensibilización a este problema, titulado Alimentar a las ciudades de Asia. Los millones de hombres, mujeres y niños que componen la población urbana pobre son en extremo vulnerables a los déficit del suministro y de los sistemas de distribución de alimentos en las ciudades. A menudo viven lejos de los mercados y tienen que pagar elevados precios por alimentos de mala calidad. La FAO calcula que las familias urbanas de bajos ingresos gastan entre 60 y 80 por ciento de su presupuesto en alimentos, 30 por ciento más que las familias rurales. A menudo los propios mercados de las ciudades son un peligro para la salud de los consumidores. No siempre cuentan con la infraestructura y los servicios fundamentales necesarios para la manipulación higiénica de los alimentos, y es frecuente que no haya salubridad alguna o sea muy precaria. Los comerciantes pobres muchas veces tienen su mercancía en la calle, poco protegida del polvo, el lodo y la mugre. Los consumidores, que pagan las consecuencias, por lo general no pueden oponerse a esta situación. Un seminario de la FAO celebrado en Hanoi en 1999 informó que entre 15 y 20 por ciento de la fruta y las hortalizas que llegan a los mercados urbanos se pierden en el transporte y la manipulación, lo que eleva los precios y reduce la calidad en su conjunto. Una inspección de productos animales en los mercados de Hanoi mostró asombrosos niveles de contaminación de gérmenes aeróbicos, bacterias coli, salmonella, residuos de antibióticos, DDT y metales pesados.

FAO NOTAS

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