El consejero de Agricultura y Medio Ambiente de Castilla-La Mancha, Alejandro Alonso, se reunió ayer en Bruselas con la responsable en la Comisión Europea del sector del vino, Mary Minch, para tratar sobre el desarrollo de la Organización Común de Mercados (OCM) del Vino y su aplicación en Castilla-La Mancha.
Alonso, que estuvo acompañado por el director general de Producción Agraria, Javier García, y el director general de Alimentación y Cooperativas, Francisco Mombiela, expuso a Minch el importante papel que juega Castilla-La Mancha dentro de los países de la Unión en el sector del vino.
Castilla-La Mancha es la región europea que posee mayor potencial vitícola, con 600.000 hectáreas de viñedo. Éste es, sin duda, el cultivo más importante de la región y constituye uno de los mayores patrimonios de Castilla-La Mancha, no sólo por su peso económico y su incidencia social sino como elemento definitorio del paisaje, el medio ambiente, la cultura y la historia regional.
La superficie vitícola de Castilla-La Mancha representa cerca del 50% de la superficie vitícola española, un 17% del viñedo europeo y un 7,7% del viñedo mundial. Además, nuestro viñedo aporta la materia prima a la importante industria enológica regional, consistente en 548 bodegas actualmente; industrias que han realizado una apuesta clara en las dos últimas décadas para modernizar sus sistemas de producción y adquirir los últimos avances tecnológicos en el sector.
En la reunión, el consejero expuso a Mary Minch que el futuro de la vitivinicultura castellano-manchega está estrechamente ligado a la OCM del sector vitivinícola.
En opinión de Alonso, el futuro a medio y largo plazo dependerá sobre todo del éxito de los Planes de Reestructuración y Reconversión varietal del viñedo, por lo que es imprescindible asegurar la financiación necesaria para que los planes lleguen a buen fin.
Por otra parte, Alonso explicó a la responsable de la Comisión la importancia que para Castilla-La Mancha tiene la producción de alcohol vínico y cómo el funcionamiento eficaz de las medidas contempladas en la OCM para asegurar la producción de alcohol será lo que asegure la supervivencia de un subsector íntimamente ligado a la producción vínica, que contribuye decisivamente a la mejora del valor añadido de las producciones, a la regulación del mercado y a la eliminación de buena parte de los residuos generados.
En opinión de Alonso, para mejorar su eficacia como medida reguladora sería necesario que los productores supieran, a principio de cada campaña, qué cantidad de vino puede ser ofertada para la destilación para así poder tomar las oportunas decisiones sobre el destino de su producción.
Tras la reunión con Mary Minch, el consejero asistió a una reunión de trabajo con los responsables de la representación permanente de España en Bruselas.
JCCM