Análisis cuantitativo de la OCDE sobre las rentas de los hogares agrarios

En este informe se aportan datos numéricos de las rentas de los hogares agrarios complementando así el informe aparecido en un número reciente de Noticias del Exterior. En dicho informe se indicaban los principios que rigen la elaboración de estos estudios de rentas llevados a cabo por OCDE, mientras que en el presente informe se aportarán los datos cuantitativos más destacados de dicho trabajo.

Las rentas agrarias en relación con las del resto de la sociedad

La relación del valor de las rentas de los hogares agrarios respecto a la renta del conjunto de los hogares, aparece por encima de 1 en Holanda, Dinamarca, Francia, Finlandia, Bélgica, Estados Unidos, Japón, Australia, Polonia y Canadá. El valor de la relación oscila entre 2,5, en el caso de Holanda, hasta 1, en el caso de Canadá.

Con una relación inferior a 1 se encuentran países como Suecia, Irlanda, España, Italia, Grecia, Corea y Turquía con una relación comprendida entre algo menos de uno y 0,75. Con los datos anteriores los autores sostienen como, con carácter general, las rentas de los hogares agrarios no difieren de manera importante de la renta del resto de los hogares aunque, como se puede comprobar, esta afirmación genérica requiere matizaciones pues varía de manera importante de unos países a otros.

La composición de las rentas de los hogares agrarios y su evolución

Los datos numéricos que a continuación se aportan constituyen, para los autores del trabajo, un elemento importante de reflexión a la hora de proyectar las políticas destinadas a incrementar estas rentas, pues sostienen que pueden ser más eficientes otras políticas diferentes de la agrícola.

Como se comprueba a continuación, los componentes de las rentas de los hogares agrarios están integradas por ingresos no agrarios como pueden ser salarios percibidos en el ejercicio de actividades no agrarias, ingresos procedentes de propiedades, transferencias sociales procedentes de programas de paro, enfermedad, jubilación, etc.

Antes de aportar datos numéricos, indicar que el estudio ha considerado la definición de hogar agrario con dos criterios, uno de ellos cerrado, en el sentido de considerar la unidad familiar constituida por el matrimonio y los hijos menores, y el otro abierto, en el sentido de considerar la unidad familiar con un criterio más amplio, al incluir en la misma más de una generación de adultos y a los adultos colaterales. El concepto abierto de unidad familiar proporciona unos datos en los que las rentas no agrícolas tienen mayor importancia en la renta familiar.

Con la definición abierta, prácticamente la totalidad de los países estudiados presentan un porcentaje de rentas no agrícolas en la formación de la renta total superior al 50%, de manera que de 12 países estudiados, solamente uno, Suecia, presenta un porcentaje inferior al 50.

Con la definición cerrada, de los 10 países estudiados solamente Australia y Noruega presentan porcentajes de ingresos no agrícolas superiores al 50%y el resto está en porcentajes próximos al 50, excepto Estados Unidos, Japón, Canadá y Finlandia que están claramente por debajo de este porcentaje. La composición de los ingresos brutos de las explotaciones.

Antes de analizar la composición de las rentas de los hogares agrarios se analizará la composición de las rentas agrarias y, para ello, se descomponen los ingresos brutos de las explotaciones en tres sumandos: los ingresos procedentes de la venta de la producción o ingresos de mercado los pagos directos o ayudas directas o desacopladas y las ayudas destinadas al sostenimiento de los precios de mercado.

En el conjunto de la UE, los ingresos procedentes de las ayudas se aproximan al 40% del total de los ingresos agrarios y, en el resto de los países miembros, se dan situaciones muy diferentes, pues esta cifra se encuentra en el entorno del 70% en países como Japón, Corea y Suiza, mientras que alcanza sus mínimos en Australia y Canadá, con cifras inferiores al 5%.

Una tesis importante mantenida en este estudio OCDE es que una disminución del importe de las cantidades destinadas a las ayudas no supondría el mismo porcentaje de caída en el importe de las mismas, por las ineficiencias que en el uso de las ayudas constata el estudio. Por cada unidad monetaria que los consumidores o los contribuyentes pagan, como consecuencia del mantenimiento de las ayudas a la agricultura, solamente una parte llega a incrementar las rentas de los agricultores, estimando en menos del 50% la eficiencia de esta transferencia.

Estas ineficiencias son mayores en el caso de ayudas a los precios de mercado o en de los “deficiency payments” en los que el porcentaje de transmisión de las cantidades pagadas por los consumidores o contribuyentes no llega al 25% y, además, se crean unos problemas añadidos en el sistema de costes de producción de las explotaciones debido a que una parte de las ayuda es absorbida como un incremento en los valores de las tierras agrícolas.. La política fiscal y las transferencia sociales como instrumentos de mejora de las rentas.

En algunos países miembros de la OCDE el tratamiento fiscal aplicado al sector agrario constituye un instrumento eficiente en la mejora de las rentas de los hogares agrarios y podrían ponerse como ejemplo Australia, Estados Unidos, Noruega y Suecia. El estudio no aporta porcentajes, pero comprueba una correlación positiva entre rentas de los hogares agrarios más elevadas y tratamientos fiscales más favorables para los hogares agrarios.

El segundo elemento en la generación de renta no agraria en los hogares agrarios está constituido por las transferencias sociales que oscilan entre el 5 y el 25% del total de la renta de estos hogares, variando según el país y según la definición de unidad familiar agraria, que puede ser más amplia o restringida según la metodología usada en cada país.

Conclusiones

Si se trata de resumir, a modo de conclusiones, algunas de las cifras aportadas anteriormente, habría que indicar que, en primer lugar, en algunos países OCDE las rentas de los hogares agrarios son superiores a las de otros hogares de distinta actividad económica. En segundo lugar, la renta de los hogares agrarios tiene unos componentes no agrarios que pueden llegar a suponer el 50% en numerosos países. En tercer lugar, la renta agraria pura tiene un componente derivado de la venta de la producción que oscila entre casi el 100%, en algunos países, hasta verse reducida al 30% en otros más proteccionistas, es decir, las ayudas pueden llegar a suponer el 70% del total de las rentas puramente agrarias.

Por último hacer referencia a las políticas fiscales y a las transferencias sociales como instrumentos de mejora de las rentas de los hogares agrarios que, dada la variedad de situaciones, puede incidir de forma cuantitativa más o menos elevada en la generación de la renta total y que, en el caso de las transferencias sociales, pueden llegar hasta el 25%

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