Uno de los resultados más relevantes de sus investigaciones está en relación con la incidencia de la lengua azul en rumiantes silvestres como la cabra montés, el muflón o el ciervo, donde han llegado a la conclusión, entre otros datos, que “el 41% de los animales silvestres analizados ha tenido contacto con el virus”, lo cual implica que podrían quedar como reservorios de la enfermedad.
En cuanto a esta patología, los científicos cordobeses han realizado estudios epidemiológicos para explicar adecuadamente la enfermedad desde el punto de vista médico. Con ello buscan el establecimiento de una relación significativa entre diferentes variables de la explotación ovina y las posibles causas de los elevados índices de mortalidad y morbilidad encontradas por los veterinarios de campo. El equipo ha observado que dicho sector está bastante desestructurado en nuestra comunidad y necesita ser capitalizado.
En cuanto al sector porcino, el profesor Antonio José Arenas y su grupo, se dedican a estudiar las enfermedades infecciosas del cerdo. Sus esfuerzos se centran en las infecciones propias de los procesos digestivos, como es el caso de la Salmonelosis porcina, que provoca una inflamación del estómago y del intestino debido a la bacteria Salmonella o la Colibacilosis, enfermedad digestiva que afecta, principalmente, a los cerdos lactantes, producida por la bacteria Escherichia coli. También investigan procesos generados por estreptococos, otro tipo de bacterias que da lugar a afecciones nerviosas (ataxia, temblores, posturas anormales, etc,) que, además, tienen importantes implicaciones en la salud humana.
Por otra parte, el conejo de monte ha centrado varias tesis del grupo, con el propósito de recuperar las poblaciones de determinadas zonas. En este sentido, los científicos de la Universidad de Córdoba han colaborado en el Proyecto LIFE para la conservación del lince ibérico en Andalucía, puesto que el conejo es el principal alimento de este predador.
En definitiva, el equipo desarrolla una línea de investigación basada en el control de enfermedades de gran impacto en poblaciones silvestres. Primero, según Arenas, hay que tener un conocimiento epidemiológico de las patologías. Posteriormente, cuando se conocen los datos de distribución, frecuencia, determinantes, relaciones, predicciones y control de los factores relacionados con la salud y enfermedad, se pueden manipular en el medio natural estos factores e impedir el contacto de los animales enfermos o reservorios de la enfermedad con los animales susceptibles.
Por otro lado, se debe conocer la etología de las especies, es decir, el comportamiento de éstas y sus características distintivas desde la biología, puesto que, muchas veces, el contagio se produce por las particularidades comportamentales.
Respecto a las medidas sanitarias que se toman para erradicar la enfermedad, los animales domésticos son vacunados, se les trata de aislar e impedir el contacto con los insectos vectores y la inmovilización de los animales en caso de existir algún brote. Por otra parte, es muy complejo vacunar a los animales no domésticos y el equipo está estudiando un plan de control.
Andalucía Investiga
En Argentina mientras se encontraba el Dr.Bernardo Cané al frente del Senasa se tomaron muchas medidas eficaces para poner remedio a esta problemática. El artículo es muy interesante, felicitaciones.