La Consejería de Agricultura y Pesca Andaluza ha ampliado hasta el 30 de noviembre próximo el plazo de presentación de alegaciones al Sistema de Información Geográfica de Identificación de Parcelas Agrícolas (SIGPAC), según la orden que regula el plazo y que está pendiente de publicarse en el Boja. El titular de la Consejería, Isaías Pérez Saldaña, explicó ayer en la Comisión parlamentaria de Agricultura los detalles del sistema, que es obligatorio a partir del 1 de enero de 2005 para la gestión de ayudas agrarias comunitarias relacionadas con la superficie.
En su comparecencia, el consejero destacó que con esta ampliación — el plazo inicial finalizaba el próximo 30 de octubre– se pretende que el sector pueda seguir comprobando el sistema, como ha venido haciendo hasta ahora. En este sentido, resaltó que ésta es ´la única comunidad que está contrastando el sistema con el sector agrario´, lo que le ha permitido elaborar un sistema ´hecho a la medida´.
Recordó que el Sistema de Información Geográfica de Identificación de Parcelas Agrícolas, elaborado por técnicos de la Junta, ha supuesto una inversión de 12,8 millones de euros aportados por la Junta y el Ministerio competente. El proceso de implantación se inició el pasado mes de julio con un periodo de ensayo, que incluía una fase de presentación de alegaciones.
Una vez que concluya el periodo de alegaciones, la Junta estudiará y certificará los cambios propuestos e incorporará los que estén suficientemente acreditados. Están excluidas de posibles cambios las parcelas de olivar en las que sólo pueden hacerse modificaciones a través del procedimiento propio establecido en las declaraciones de cultivo de olivar. Cabe destacar que este es el único cultivo que tiene su propia reglamentación, el Sistema de Información Geográfico Oleícola, incluido en el SIGPAC.
El Sistema de Información Geográfica de Identificación de Parcelas Agrícolas se ha elaborado de acuerdo con la metodología establecida por el Fondo Español de Garantía Agraria para todo el territorio nacional. Para ello, se han empleado mapas y documentos catastrales, así como una ortofotografía aérea en la que se identifican las diferentes parcelas agrícolas.
J. Andalucía