Andalucía: Proyecto para enseñar a las águilas imperiales a no posarse en tendidos eléctricos.

Remitido por Junta de Andalucía:

La Consejería de Medio Ambiente desarrolla una iniciativa –en colaboración con Endesa y el CSIC– encaminada a intentar enseñar a las águilas imperiales y otras aves rapaces a desechar los tendidos eléctricos como posaderos y así evitar así los riesgos de electrocución.

Este método, conocido como ‘pastor eléctrico’, se incluye en el programa de la Junta de Andalucía para proteger la especie, que se encuentra entre las más amenazadas del planeta, y en concretro contra una de sus principales causas de mortalidad: la electrocución en tendidos eléctricos. La original experiencia consiste en colocar postes en zonas cercanas a los nidos –que los jóvenes van a usar como posaderos– y dotarlos de un dispositivo que provoca una inofensiva pero desagradable descarga eléctrica a la joven águila cuando se posa. Con ello se pretende que las águilas no utilicen los postes eléctricos con la elevada frecuencia que hasta ahora lo hacen.

Según los estudios que avalan esta experiencia, se aprovecha la gran importancia que tiene en esta especie el aprendizaje temprano para el comportamiento a lo largo de su vida. Dada la gran cantidad de información acumulada tras años de seguimiento de jóvenes águilas equipadas con radioemisores, los investigadores podrán comprobar si efectivamente se produce una disminución de la selección de estos peligrosos posaderos. Es la primera vez que se trata de averiguar si es posible inducir cambios culturales en el comportamiento de especies amenazadas para enseñarles a evitar potenciales peligros.

En 1982, cuando la población de águila imperial se encontraba en torno a las 100 parejas, un estudio del CSIC sobre los efectos de los tendidos eléctricos sobre las poblaciones de aves del Parque Nacional de Doñana y su entorno determinó que más de 2.000 aves morían al año en 100 kilómetros de tendidos (400 de ellas aves de presa, incluyendo especies tan amenazadas como el águila imperial ibérica). Estos estudios demostraron que la muerte por electrocución era la primera causa de muerte conocida de la especie, siendo la responsable del 60 por ciento de las muertes de los jóvenes durante su primer año de vida.

Tras las investigaciones realizados por la Estación Biológica de Doñana, dirigidas por el científico Miguel Ferrer y financiados por compañías eléctricas, se desarrollaron sistemas para la localización y arreglo de tendidos peligrosos. La adopción de estas medidas consiguieron un espectacular aumento de la supervivencia de las jóvenes águilas imperiales, que pasó del 17% hasta casi el 80%. Los resultados fueron tan contundentes que la Junta de Andalucía promulgó el primer Decreto Europeo de Protección de Aves en instalaciones eléctricas, que impide la construcción de nuevas líneas con apoyos peligrosos.

Desde la promulgación de esta formativa que han incorporado otras Comunidades Autónomas, y la protección de los ya construidos siguiendo el procedimiento ideado por el CSIC, la población de águila imperial comenzó a crecer de forma sostenida, pasando de cerca de 100 parejas en los años 80 a algo más de 200 en la actualidad.

Sin embargo, a pesar de la enorme reducción de la mortalidad de aves de presa en tendidos eléctricos, los accidentes no son del todo evitables y, ocasionalmente, se producen electrocuciones que, dada la aún precaria situación de esta especie, se tratan de evitar por todos los medios posibles. Para ello, ahora se pone en marcha un proyecto de investigación que, entre otros objetivos, persigue averiguar si es posible condicionar el comportamiento de las águilas imperiales durante su juventud para que utilicen con menor frecuencia los postes eléctricos como posaderos el resto de su vida.

Junta Andalucía

Deja una respuesta