Estas variedades fueron aprobadas por la Unión Europea a lo largo de 1997 y 1998 y estaban a la espera de su inscripción en el Registro de Variedades Vegetales. La Asociación General de Productores de Maíz (AGPME) considera que la aprobación de estos cinco híbridos favorecerá el desarrollo de la Biotecnología agraria en España. El presidente de la Asociación, Agustín Mariné, mostró su satisfacción por el anuncio por parte del Ministerio de Agricultura (MAPA) de la aprobación de estas nuevas variedades.
Sin embargo, Mariné, apunta que «aún hay que esperar a que se trate a este cultivo sin prejuicios ya que todavía las Administraciones están planteándose la limitación del número de hectáreas por el supuesto riesgo de polinización, cuestión que ningún científico ha demostrado que sea perjudicial».
De las 400.000 hectáreas en regadío dedicadas al cultivo en España, el 5,75 por ciento, unas 23.000 hectáreas, están sembradas con la única variedad de maíz genéticamente modificado permitido hasta ahora, COMPA CB. El presidente del AGPME argumenta que “en la práctica se ha conseguido aprovechar tierras, como por ejemplo en Aragón, que tenían un grave problema por la plaga del taladro y con esta variedad transgénica se ha solventado”. Según datos del MAPA, Aragón es la Comunidad con mayor superficie dedicada al cultivo de este maíz transgénico, ya que con 9.200 hectáreas representa casi el 40 por ciento del total, seguida de Cataluña con 5.300 hectáreas (22 por ciento) y Castilla-La Mancha con 4.150 hectáreas (18 por ciento).
En zonas de plaga de taladro, el maíz Bt puede ser hasta 150 euros por hectárea más rentable para el agricultor, y ahorrarle una media de 20 euros por hectárea en productos fitosanitarios. Estos datos se desprenden del informe elaborado por la consultora independiente Brookes West y presentado el pasado mes de septiembre. El AGPME considera que la inscripción en el Registro de Variedades de estos cinco híbridos de maíz Bt supone un paso adelante en el desarrollo de la Biotecnología agrícola, en consonancia con la labor legislativa que está llevando a cabo la UE para aprovechar el potencial de futuro que ofrece esta tecnología.
El maíz Bt tiene la propiedad de ser resistente a la plaga del taladro, un insecto que puede producir hasta un 15% de pérdidas en las cosechas en ciertas zonas en las que es muy persistente, como el Valle del Ebro. Para conseguir ser inmune frente a las platas este maíz expresa una proteína natural del suelo, llamada Bacillus Thuringiensis, que sin embargo es respetuosa con el resto de insectos beneficiosos.
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