El objeto de este proyecto es establecer en una única norma con rango de Ley Foral una regulación en materia de sanidad vegetal para proteger los vegetales y los productos vegetales de los daños ocasionados por las plagas, proteger el territorio navarro, nacional y comunitario como consecuencia de la introducción de plagas de cuarentena para los vegetales y los productos vegetales u otros objetos y evitar la propagación de las ya existentes. Además, se protegen los animales, los vegetales y los microorganismos que anulen o limiten la actividad de los organismos nocivos para los vegetales y productos vegetales, se previenen los riesgos, tanto laborales como medioambientales y la salubridad de las personas y animales que pueden derivarse del uso de los productos fitosanitarios; y se garantiza que los medios de protección vegetal reúnan las debidas condiciones de utilidad, eficacia y seguridad.
El texto establece las actuaciones aplicables en materia de sanidad vegetal relativas a la experimentación y divulgación, la prevención y la lucha contra las plagas. Además, se especifican los requisitos de las medidas oficiales para la erradicación de una plaga, evitar su extensión y reducir sus poblaciones o sus efectos.
En el proyecto se indica que a la agricultura moderna de los países desarrollados se le reconoce y exige, con el máximo nivel de rigor y eficacia, un conjunto de funciones añadidas que, en su totalidad, abarcan todo el espectro de actuaciones de la actividad agraria y sus interrelaciones ambientales, sociales y económicas. La conservación del paisaje, la protección del medio ambiente, la mejora de la biodiversidad, la garantía de la calidad y de la seguridad alimentarias, la prevención de riesgos laborales, la conservación de suelos, la transmisión de tradiciones culturales y la estabilidad de la población rural, entre otros aspectos, forman parte de esa serie de nuevas funciones. Todos estos aspectos, además de otros que, en general, se agrupan bajo el concepto de multifuncionalidad, plantean un escenario distinto al hasta hace poco tradicional, donde aparecen elementos nuevos, con amplia demanda social, y que han de ser tenidos en cuenta por los poderes públicos.
Uno de los objetivos básicos de la nueva agricultura impulsado por los poderes públicos consiste en proteger los vegetales y sus productos contra los daños producidos por los agentes nocivos, manteniendo éstos, mediante la intervención humana, en niveles de población aceptables y, además, en impedir la introducción y difusión de otros agentes nocivos procedentes de otras áreas geográficas. Es lo que se conoce como “sanidad vegetal”.
GOBIERNO NAVARRA