APROBADO REGLAMENTO PARA PRODUCCIÓN DE LECHUGA, COGOLLOS Y ESCAROLA EN NAVARRA – AGRICULTURA Y PESCA

El Departamento de Agricultura, Ganadería y Alimentación ha aprobado el Reglamento Técnico para la Producción Integrada de lechuga, cogollo y escarola en Navarra, en el que se recogen las prácticas obligatorias, aconsejadas, permitidas y prohibidas. Como se sabe, la producción integrada constituye una alternativa entre la agricultura convencional y la ecológica que combina las técnicas agrícolas clásicas con otras innovadoras, con métodos biológicos, químicos y otras técnicas equilibradas, teniendo en cuenta la protección del medio ambiente, la rentabilidad y las necesidades de productores y consumidores. El citado Reglamento regula capítulos tales como los antecedentes de la parcela, suelos, prácticas derivadas de las exigencias del clima e implantación y uso del cultivo. En cuanto a los antecedentes de la parcela se aconseja que los cultivos precedentes hayan sido tomate, pimiento, pepino, berenjena, melón, calabacín, apio, borraja, acelga, cebolla y puerro. Además, antes de la plantación debe eliminarse -manual, mecánicamente o con herbicidas totales no residuales- la flora adventicia perenne, así como realizar un test biológico con el fin de comprobar que no existen residuos de herbicidas en los cultivos precedentes, si es que éstos fueron tratados con «triazinas». En cambio de desaconsejan más de tres cultivos consecutivos previos de escarola, lechuga, crucíferas o endivia, y se prohíbe la utilización de herbicidas en invernadero con cultivo instalado. Por otra parte, se recomienda un suelo bien drenado, con una profundidad útil mínima de 30 cm y un pH entre 6-8,5. Es deseable que los suelos alcancen un nivel de materia orgánica entre 3 y 5%. Además, existen unos parámetros deseables en cuanto a temperaturas mínimas del cultivo, de crecimiento y acogollado, así como del suelo. En este apartado se mencionan los valores relativos a humedad correspondiente y luminosidad. La protección del cultivo en invernadero implica, como elementos aconsejados, túneles de anchura inferiores a 9 metros, láminas de polietileno y EVA, dobles cámaras o cubiertas flotantes en cultivos de invierno y acolchado plástico. Además se debe primar una adecuada ventilación, de modo que se favorezca un desarrollo armónico del cultivo y un buen estado sanitario. Por otra parte, en el capítulo sobre implantación y desarrollo del cultivo se han de tener en cuenta el material vegetal, el laboreo, la fertilización, el riego, la protección del cultivo y la recolección. Concretamente, se debe utilizar material vegetal procedente de un vivero inscrito en el Registro Oficial correspondiente. Se aconsejan plantas con cepellón, con tres o cinco hojas verdaderas y sin enfermedades ni plagas visibles activas. La recomendaciones sobre labores preparatorias se concretan en los aspectos siguientes; subsolador o chisell para romper suelas (se darán dos pases cruzados cuando el terreno esté limpio de restos del cultivo anterior); y una labor preparatoria de 30-40 cm de profundidad, seguida de pases de grada o cultivador necesarios para dejar el terreno mullido, realizado con terreno seco. En el invernadero conviene una labor de apelmazamiento con pase de molón y una labor manual de alisado e igualación del suelo. En segundo cultivo, y si debido a la humedad del suelo no se permite el laboreo, es bueno realizar limpieza del invernadero y desplazamiento de la lámina de acolchado. En la producción integrada, y dentro del capítulo de la fertilización, resulta obligatorio el análisis del suelo inicial si no se dispone del mismo con una anterioridad inferior a cinco años. Asimismo, se deberán tener en cuenta las aportaciones de nitratos por riego en el caso de utilizar aguas que contengan este elemento, a través del estiércol o abonos orgánicos. Se recomienda utilizar abonos exentos de cloruros, especialmente en invernaderos. Del mismo modo, existen recomendaciones sobre las densidades de plantación, así como sobre la plantación misma. En el riego es obligatorio contrastar con análisis previo la calidad del agua en relación con el nivel de nitratos. Asimismo, será obligatorio registrar la cantidad de agua y número de riegos aplicados. En caso de riego por inundación se estimará la cantidad de agua aplicada. La protección al cultivo implica seguir una serie de recomendaciones. Así, para evitar problemas de malas hierbas, plagas y enfermedades es esencial la rotación razonada de cultivos, así como la vigilancia de plagas. Frente a las enfermedades, es esencial racionalizar los riegos para obtener un buen drenaje y un secado rápido de las hojas. Finalmente una buena recolección -determinante para obtener un producto de buena calidad- se realizará al cierre del cogollo, sin presencia de plagas y enfermedades ni restos inorgánicos o tierra. Los envases reciclables estarán limpios y sin restos de otros materiales.

GOB. NAVARRA

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