El Gobierno de Aragón hizo público, el pasado 13 de junio, un comunicado en el que ofrecía su posición con respecto a los trasvases desde la cuenca del río Ebro. La idea es clara: el Gobierno aragonés se opone a cualquier trasvase «con la convicción» de que el agua es uno de los recursos naturales sobre los que se apoya el futuro de esa comunidad. Además, muestra su rechazo a la política hidráulica basada en los trasvases, ya que aumenta las desigualdades entre las zonas mediterráneas y el interior, «del que Aragón forma parte». Con respecto al Pacto del Agua, el Ejecutivo recuerda que ninguna de las obras de regulación recogidas en ese acuerdo está operativa, lo cual «perjudica el clima de confianza necesario para que la sociedad crea la promesa de que no se resolverán los déficits estructurales de otras cuencas sin haber satisfecho antes las expectativas de Aragón». Finalmente, el comunicado pide a la sociedad aragonesa «una reflexión en profundidad y un pronunciamiento de las principales organizaciones sociales mediante un debate abierto y participativo en el que queden definidos los actuales intereses de la Comunidad». Por otra parte, el Gobierno aragonés suscribirá en breve una serie de convenios con UGT, CC.OO CREA y CEPYME para impartir diversos módulos de sensibilización medioambiental en el marco de los cursos de formación que se imparten dentro del Plan Nacional de Aragón para el año 2000.
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