Arévalo defiende la forestación como ‘pieza clave’ contra la desertización y el cambio climático

La consejera de Medio Ambiente, Rosario Arévalo, resaltó el pasado miércoles la importancia de apoyar a nuestros agricultores en la forestación de sus tierras, ya que el aumento de la superficie arbórea constituye una “pieza clave” en la lucha contra la erosión y desertización y en la estrategia a seguir contra el cambio climático.

Acompañada por el director general de Medio Natural, José Ignacio Nicolás, y la coordinadora provincial de Medio Ambiente, Inés Alba, la consejera se desplazó a Los Cortijos, en Ciudad Real, para conocer “in situ” los trabajos de forestación de tierras agrarias que se están realizando en la zona gracias al programa de ayudas puesto en marcha por el Gobierno de Castilla-La Mancha.

Arévalo subrayó el importante esfuerzo que se viene realizando desde 1994 en la comunidad autónoma para propiciar una constante reforestación de nuestras tierras agrarias y anunció que el Gobierno regional destinará a lo largo de este año un total de 35 millones de euros para colaborar económicamente con los agricultores en este sentido.

“Podemos estar satisfechos porque ya hemos incrementado en 90.000 hectáreas nuestra superficie forestal y hemos plantado más de 90 millones de árboles, pero nuestra intención es seguir trabajando de la mano de los agricultores para tener una región más verde”, apuntó.

Según dijo, los bosques tienen numerosos efectos positivos para la preservación y mejora del medio ambiente, entre ellos, son “grandes” reguladores del clima, propiciando que no haya temperaturas extremas, atraen las lluvias, enriquecen y protegen el suelo con sus aportes continuos de materia orgánica, facilitan la recarga de los acuíferos, y evitan la erosión.

Asimismo, la titular de Medio Ambiente explicó que la vegetación, gracias a su función vital principal, la fotosíntesis, actúa como un “sumidero” que absorbe el dióxido de carbono, uno de los gases que propician el efecto invernadero en nuestra atmósfera.

En este sentido, recordó que en el marco del Protocolo de Kioto, las actividades relacionadas con los usos del suelo y la selvicultura son consideradas como vías para incrementar los sumideros, y, por tanto, su adecuada gestión supone una herramienta importante a la hora de colaborar en la reducción de los gases de efecto invernadero.

Por ello, Arévalo se mostró convencida de que el aumento de la superficie arbórea mediante las acciones de forestación en tierras agrarias es una de las medidas a tener en cuenta en la estrategia que se ha de seguir para luchar contra el cambio climático.

Respecto a la Estrategia Española sobre el Cambio Climático para el cumplimiento del Protocolo de Kioto, la consejera lamentó que se haya quedado en un ”papel mojado”, ya que no fija plazos, prioridades o compromisos presupuestarios y normativos que hagan efectivas las medidas que permitirían reducir las emisiones de los gases de efecto invernadero.

También indicó que este documento, que se presentó la pasada semana en el Consejo Nacional del Clima, contradice lo que, en realidad, hace el Gobierno de España, porque presenta medidas y actuaciones que van en la dirección opuesta a la política económica, fiscal, energética o de ordenación del territorio e infraestructuras que está desarrollando.

Tras su visita a Los Cortijos, la responsable de Medio Ambiente se desplazó al monte Riofrío, ubicado en Puebla de Don Rodrigo y propiedad de la Junta de Comunidades, para conocer las obras de regeneración y mejora del hábitat que se están realizando en el Abedular de Riofrío, declarada reserva fluvial el pasado año. Arévalo contempló, además, los trabajos que se están realizando dentro de la campaña complementaria contra los incendios forestales, con el objetivo de prevenir la aparición de los fuegos

JCCM

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