España cuenta con los fondos comunitarios necesarios para ejecutar totalmente las medidas de acompañamiento en este ejercicio 2001, y podra desarrollar su programa nacional, compartido con las Comunidades Autónomas. El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Miguel Arias Cañete, que compareció ayer tarde en el Congreso de los Diputados para informar sobre las Medidas de Acompañamiento integradas en los programas de Desarrollo Rural, ha considerado «muy satisfactorio» su actual grado de ejecución.
Miguel Arias recordó que la Conferencia Sectorial de Agricultura y Desarrollo Rural, celebrada el pasado día 24, aprobó una reasignación de los fondos FEOGA y una aportación extraordinaria por parte del ministerio de más de 4.000 millones de pesetas para hacer frente a todas las previsiones y compromisos de pago.
Las medidas de acompañamiento forman parte de los diversos programas de desarrollo rural puestos en marcha para el período 2000-2006, a partir de la reforma de la Política Agraria Comunitaria (PAC), surgida en la Agenda 2000. El gasto público previsto para el período 2000-2006 es de 521.000 millones de pesetas. Miguel Arias Cañete ha expresado su absoluto convencimiento de que las comunidades autónomas se comprometerán en próximos ejercicios a «una mayor disciplina financiera», de tal forma que no se supere el volumen total de fondos asignados cada año. Como testimonio del grado de interés que tiene este programa nacional, el MAPA ha aportado en los ejercicios 2000 y 2001, además del porcentaje que le corresponde, casi 15.000 millones de pesetas adicionales sobre las aportaciones hechas por las CCAA.
Las medidas son el cese anticipado en la actividad agraria, la forestación de tierras agrícolas, la indemnización compensatoria y las medidas agroambientales, cuatro grandes líneas de actuación que responden a las preocupaciones que tienen los ciudadanos europeos, respecto al medio ambiente y la ocupación del territorio rural. Arias ha afirmado que la «horizontalidad» del programa de desarrollo rural «ha demostrado ser un mecanismo eficaz para resolver los problemas puntuales que se han presentado» y que se va a terminar el presente ejercicio «superando todas las acciones previstas».
Las medidas
El cese anticipado en la agricultura tiene como objetivo incentivar el abandono efectivo de la actividad agraria de aquellos agricultores de edad avanzada que cedan su explotación a otro agricultor más joven para ampliar su base territorial. La medida mejora la dimensión de las explotaciones y acelera el relevo generacional. Las ayudas pueden alcanzar las 950.000 pesetas anuales hasta la edad de jubilación, más una ayuda complementaria en función de la superficie que cede. En la forestación de tierras agrícolas, las ayudas cubren íntegramente los costes de plantación y el mantenimiento de la repoblación durante los primeros años, estableciéndose también primas complementarias durante 20 años para compensar los ingresos que dejen de percibir por el cambio de uso.
La indemnización compensatoria, que ha triplicado su gasto en diferentes comunidades autónomas por lo que el MAPA le dedica el mayor esfuerzo presupuestario, es una ayuda a los agricultores que viven y desarrollan su actividad en áreas de montaña, en zonas con riesgo de despoblación y dificultades específicas. El importe de la indemnización se calcula en función de la superficie y la ganadería de la explotación, la renta fiscal del beneficiario y las condiciones objetivas de la zona. Por su parte, las medidas agroambientales pretenden fomentar los métodos de producción agraria que sean más respetuosos con el medio ambiente, como la reducción en el uso de fertilizantes y productos fitosanitarios, la extensificación de las producciones, la prevención de la erosión ó la protección de la biodiversidad.
MAPA