El colectivo, que siempre ha colaborado para el control de esta enfermedad desde su aparición, no quieren que en plena campaña se cambien las reglas del juego porque los contratos están cerrados y hay que cumplir con ellos.
La enfermedad, que está absolutamente controlada en toda Andalucía, ya provocó en sus inicios muchos daños en los bolsillos de los ganaderos que perdieron su renta por la retenciones del ganado. La alegría por la aparición de la vacuna ha durado poco porque el sector piensa que la vacunación va a afectar de nuevo a la gestión de sus fincas.
No hace falta decir que los ganaderos han cumplido con todas sus obligaciones y quieren colaborar al máximo para disminuir los riesgo s de la lengua azul pero a estas alturas del partido tienen realizadas sus ventas y es necesario respetar los compromisos adquiridos para efectuar las entregas en el tiempo estipulado. Establecer limitaciones o imponer nuevos plazos causaría un perjuicio cuantioso en el sector ganadero andaluz y, sin duda, del que se beneficiarían otros.
ASAJA-Andalucía cree que el calor, normal en verano, no puede ser una excusa para obligar a los ganaderos a retener su ganado por las vacunaciones e incumplir con ello los contratos. Asimismo, la asociación espera que la Administración andaluza garantice que los ganaderos no sufran acoso y que no se ponga en riesgo la viabilidad de sus explotaciones.
ASAJA-Andalucía