Artículo de Asaja Aragón
Nos solemos autoproclamar con frecuencia los aragoneses como tierra de pactos y de compromisos, y efectivamente la historia, aunque no reciente, nos avala en ese sentido. El último gran pacto, con carácter de histórico, que hizo honor a la cultura de consenso de los aragoneses, fue el Pacto del Agua de 30 de junio de 1992. Con el Pacto del Agua nos dimos las garantías presentes y futuras en materia de agua en Aragón. El líquido elemento bien escaso y preciado quedaba al servicio del desarrollo integral de la sociedad aragonesa a salvaguardia de avatares políticos o de cambios de planteamientos de las partes, o al menos eso se pensó en las Cortes con la firma unánime del Pacto.
En síntesis, el Pacto del Agua analizó la totalidad de consumos de agua en la región, en aquella fecha, que evaluó en 3.600 Hm3, a los que se añadieron las necesidades futuras cuantificadas en 2.100 Hm3, más una reserva estratégica de 850 Hm3. Así se conformó un Pacto para una disponibilidad para los aragoneses de 6.550 Hm3.
El Secretario General de ASAJA Aragón, Esteban Andrés insiste en que “No se ha explicado suficientemente claro a la sociedad que este montante de Hm3 para uso y desarrollo de nuestra sociedad, no sale en su totalidad de los ríos aragoneses, tal y como se cree, pues nos faltan 550 Hm3 que solidariamente la Cuenca del Ebro nos otorga a través de la inclusión del Pacto del Agua en el Plan de Cuenca del Ebro (1998)”.
Tampoco se explica con la claridad suficiente, que otra solidaridad, ésta de carácter estatal de toda España con los aragoneses, es la inclusión del Plan de Cuenca del Ebro en la Ley del Plan Hidrológico Nacional, lo que hace que con dinero del Estado afrontemos la ejecución en Aragón de las obras necesarias para culminar la totalidad del Pacto del Agua. Una vez ejecutado el Pacto, nos crea una situación de auténtico privilegio en relación a buena parte del territorio nacional. Si la Ley del PHN se cumple con rigor, habrá que reiterar que el agua embalsada en las piezas hidráulicas del Pacto, queda liberada de cualquier compromiso de trasvase y es de uso exclusivo de los aragoneses. El trasvase, dice la Ley, en principio se ejecutará cuando haya aguas sobrantes y nunca por desembalses del Pacto del Agua. Así de taxativo es el texto del PHN. Los detractores explican justo lo contrario, que el Pacto del Agua, por ejemplo Yesa a cota máxima, es para suministrar recursos al trasvase ¿?.
¿Qué ocurre si llevamos a Yesa a cota intermedia?. Perdemos 500 Hm3, es decir, tiramos por tierra el logro conseguido en el Plan de Cuenca del Ebro y elevamos el déficit del Pacto del Agua a 1.000 Hm3. Por otra parte la reserva estratégica pasaría de 850 Hm3 consensuados, a 350 Hm3, es decir una pérdida gratuita de más del 60 %, que obviamente limita enormemente planes futuros de trabajo y expansión que se irían por el río sin aprovechamiento alguno, salvo un pingüe beneficio medioambiental del agua rodada que es muy limitado y subsanable por otra parte con el cauce ecológico previsto en el PHN.
Esteban Andrés se pregunta “¿Por qué no se respeta el compromiso adquirido en el consenso del Pacto del Agua?. Se ha demostrado que cualquier planteamiento de modificación conlleva paralelamente un parón en su ejecución. El Pacto de Agua podría revisarse, pero no se debe. Compromisos y veleidades de carácter político y situaciones específicas de Aragón han determinado un brutal desentendimiento entre el gobierno central y el autonómico. El Pacto del Agua está emparedado, hemos pasado de una situación de optimismo por el Pacto logrado, a otra de pesimismo por la incapacidad de llevarlo a cabo”.
La judicialización de las obras, la sistemática contestación a cualquier proyecto, la indefinición de las políticas autonómicas en materia de agua y su uso electoral…. nos ha metido en una confrontación entre aragoneses cuyo final predecible, en el sector agrario, es la muerte lenta de nuestras aspiraciones por inanición. Se montan iniciativas, por otra parte muy loables, para animar al diálogo y acercar posiciones …pero ¿para cumplir o incumplir el Pacto?.
La voluntad de ASAJA al diálogo y a la colaboración es total, muestra de ello es la firma que hicimos a la Iniciativa de Mediación Social , pero no dejaremos de recordar que antes de esta firma que data del 2002 hay otra de muy distinto alcance y peso específico que fue compromiso de nuestros representantes en las Cortes aragonesas en 1992.
ASAJA Aragón