La Organización Agraria de Jóvenes Agricultores –ASAJA- de Ciudad Real advierte que la gran mayoría del sector ganadero de la provincia de Ciudad Real se muestra en contra de las medidas y normativa comunitaria sobre el tema de la retirada de cadáveres de las explotaciones ganaderas.
La legislación comunitaria que regula la eliminación de cadáveres de animales se fraguó en un momento especialmente tenso y caliente, en plena crisis de las vacas locas, y es una normativa excesiva y un tanto aberrante, ya que trasladar cadáveres de animales de una explotación a otra comporta un vector importante de difusión de epizootias.
El sector ganadero de Ciudad Real piensa que habría que apelar al sentido común y buscar soluciones mas sensatas. En esta línea, ASAJA de Ciudad Real manifiesta que el decreto comunitario supone serios problemas sanitarios y económicos para los ganaderos que ven como estas medidas suponen un gasto añadido y, además, no sirven para garantizar que este sistema de recogida de cadáveres solucione el problema de salud pública ya que el traslado de animales puede incrementar la transmisión de enfermedades entre explotaciones ganaderas.
Según ASAJA la eliminación de animales muertos se debería hacer de forma controlada en la propia explotación, ya que según estudios realizados, el 30% de las enfermedades en los animales se transmiten en el momento del traslado, y las transmisiones de enfermedades son aún mayores con los animales muertos. En opinión de la Organización Agraria se deberían mejorar los antiguos sistemas de destrucción de cadáveres –incineración o enterramiento- o creando muladares o buitreras reglamentarias y eliminando la obligatoriedad de recogida de cadáveres de animales menores de tres meses o de 30 kg.
Otra alternativa propuesta por el sector ganadero sería, para el ganado porcino y aves, la transformación de los restos en harina de carne.
En esta línea argumental ASAJA de Ciudad Real apela a las administraciones públicas a que sigan buscando soluciones a este problema que está generando un creciente malestar entre el sector ganadero de nuestra provincia.
ASAJA