Nota de Asaja CyL La información agraria interesa a muchas más personas de las que directamente dependen del sector. No se trata sólo de las cerca de 200.000 personas (incluyendo trabajadores y familias) que dependen directamente de las producciones agrícolas, sino también de las industrias agroalimentarias, sino también de quienes tienen negocios relacionados con la agricultura y ganadería, de las decenas de miles de jubilados del campo, los hijos de agricultores y ganaderos, los centenares de miles de ciudadanos que son propietarios de fincas rústicas, a quienes asocian agricultura y ganadería con desarrollo del medio rural, etc.
– Además, esta información puede propiciar que el resto de la sociedad se sienta identificada o solidaria con el sector agrícola, no sólo de forma coyuntural ante un determinado problema sino de forma continua. En este sentido, la falta de conocimiento profundo sobre el sector puede llevar a calificarlo como un sector “pedigüeño” o subvencionado, a pesar de que muchos otros sectores están en una situación similar, y olvidando el carácter de compensación por la bajada de precios que tienen las ayudas de la PAC.
– De cualquier forma, los datos disponibles hablan de que el espacio dedicado a este tipo de información en los medios de comunicación de la región es considerable. No sólo por existir suplementos o espacios específicos, semanales o diarios, en bastantes medios, sino porque las noticias agrarias ocupan un porcentaje importante de la información diaria. La pérdida de activos en el sector no impide que la agricultura y la ganadería siga teniendo una gran importancia socioeconómica en la Comunidad Autónoma.
– Al trabajarse en este ámbito informativo con material sensible (la alimentación afecta a toda la población), hay que extremar la preparación de los profesionales y la calidad informativa, contrastando debidamente las fuentes. Además, existe el riesgo de que los temas agrícolas sólo tengan un tratamiento informativo relevante en estas situaciones de crisis. No obstante, la noticia agraria es, ante todo, noticia. Y raro es que una noticia positiva abra un informativo.
– Es importante que haya un caudal constante de información agraria, que al afectar a tantas personas ha de tener cierta vocación de servicio público. Esta información debe ofrecer tanto aspectos prácticos y útiles para el sector (información de servicios) como las reivindicaciones y opiniones. En este sentido, se echa de menos la existencia de tertulias y espacios de opinión dedicados al sector, así como tiempo para desarrollar más temas o historias de interés humano.
– La pujanza de otras áreas relacionadas, como el desarrollo rural, la industria agroalimentaria, el medio ambiente, no tiene por qué desplazar a la información específica de temas agrícolas y ganaderos, sino que debe de ser complementaria.
– Respecto a las fuentes, los periodistas destacan la Administración ha de proporcionar información continua y fidedigna, que no obedezca a intereses políticos. A pesar de que existe un volumen considerable de información patrocinada, los periodistas dicen no sentirse presionados en exceso por la Administración, que se hace notar más esa presión cuando se trata de empresas. En este sentido, se destaca el peligro que el futuro puede venir de las presiones de grupos económicos, especialmente en temas que afectan a la salud agroalimentaria.
– Se hacen notar las dificultades de este mercado publicitario, y también la poca costumbre del sector productor de pagar por la información: la mayor parte de las publicaciones de las que se abastece son gratuitas.
– En cuanto a las organizaciones agrarias, se destaca su poder de dinamizar este tipo de información, a través de la reivindicación, así como su accesibilidad y rapidez de respuesta. Por su parte, las OPAS valoran a los medios porque son capaces de llegar a sus socios, en un medio muy disperso; destacan la importancia de la radio y la televisión, al tratarse de un sector muy envejecido y poco lector. En el futuro, la información jugará un papel clave para los jóvenes que quieran ser competitivos; internet es y será aún más una herramienta imprescindible.
– Respecto a la especialización de los periodistas, es deseada tanto por las fuentes (la Junta, las OPAS) como por los profesionales. Pero la realidad (escasez de plantillas, ritmo de trabajo, objetivos empresariales) impiden que se lleve a la práctica, lo que resiente la calidad informativa en ocasiones.
– Como ocurre en otras áreas informativas, la avalancha de información institucional, de noticias “precocinadas”, junto con la falta de tiempo y de medios, hace que la iniciativa del profesional a la hora de buscar información esté muy limitada. En este sentido, se advierte sobre la necesidad de filtrar y analizar los comunicados.
– Respecto a internet, un campo en desarrollo, se apunta la necesidad de que siempre haya empresas o personas con nombres y apellidos que se responsabilicen de los contenidos. Está en juego tanto la profesión periodística como la calidad de la información.
– Por último, y a pesar de que aprecian que, entre algunos profesionales, impera un cierto desprestigio de este tipo de información, los periodistas agradecen el mayor dinamismo y libertad que ofrece este campo informativo, en el que “pasan cosas”: hay manifestaciones, hay crítica…
Asaja CyL