Nota de ASAJA CR
La Asociación Agraria Jóvenes Agricultores -ASAJA- de Ciudad Real hace un llamamiento a todo el sector olivarero, cooperativas y productores, para que mantengan una postura de fuerza y de unidad en defensa de los intereses del olivar tradicional de Castilla-La Mancha, seriamente amenazado por el acuerdo sobre la reforma de la OCM del aceite de oliva alcanzado recientemente en Luxemburgo.
Para ASAJA de Castilla-La Mancha es necesario que en la sectorial nacional que se celebrará el próximo agosto no se regionalicen los fondos y se establezca un pago único a nivel nacional en el que la flexibilidad sea la mínima es decir que los consejeros autonómicos que defienden el olivar de bajo rendimiento consigan sacar adelante que el 40% de la ayuda que queda por definir (el llamado “sobre nacional”) debe servir para asegurar la viabilidad del olivar tradicional por su alto valor socioeconómico y medioambiental, íntimamente ligado a la cultura, identidad y paisaje de las regiones donde está implantado, que, además de Castilla-La Mancha, Aragón, Cataluña, Baleares, Extremadura, Murcia y Valencia, ocupa un 35% de las hectáreas de olivar de la misma Andalucía.
La Plataforma “Un futuro para el olivar tradicional”, que se reunió el pasado martes en Córdoba, pretende superar el posible enfrentamiento entre Andalucía y resto de comunidades olivareras. La reforma de la OCM del aceite de oliva pretende corregir ciertos desequilibrios que se venían produciendo en el reparto de las ayudas. En la anterior OCM las ayudas se repartían fundamentalmente por la producción, pero las sanciones por sobrepasamiento de la cantidad nacional garantizada se repartía entre todos los productores, con lo que la repercusión era mas acusada sobre los olivares de bajo rendimiento. El debate no es pues entre comunidades autónomas, sino en como hay que repartir las ayudas de ese 40% entre los distintos tipos de explotaciones olivareras, y ese reparto tiene que garantizar una ayuda mínima de 300 euros por hectárea, basándose en criterios medioambientales, sociales, paisajísticos, tradicionales y de zonas marginales, para que no desaparezca el olivar de bajo rendimiento. Que por lo general son olivares centenarios que producen un aceite de extraordinaria calidad y contribuyen de forma importante al mantenimiento del empleo y la renta en los territorios donde se ubican.
Ahora, mas que nunca, el sector olivarero de Castilla-la Mancha debe mostrar la máxima unidad, y que esta unidad sea un fuerte punto de apoyo para que la Consejería de Agricultura pueda defender con firmeza los intereses del olivar menos productivo.
ASAJA CR