La organización agraria recuerda que desde que comenzó la crisis que asola al país, la caída del consumo en alimentación sobrepasa el veinte por ciento, lo que se ha traducido en la creación de excedentes y el consiguiente hundimiento de los precios en origen, como son buena muestra los productos cárnicos, la leche, las patatas, los productos frescos de huerta, las frutas o el vino.
Un incremento del precio de los productos de la alimentación, derivado de una subida del IVA, supondría un mayor coste al consumidor y por tanto de nuevo caería la demanda. Por el contrario, si las grandes superficies mantienen el mismo precio en los lineales, será el productor el que también pague las consecuencias ya que se bajará todavía más el precio de las materias primas en el campo para neutralizar la subida por el impuesto.
El sector primario, que atraviesa el peor momento desde nuestra integración a la Unión Europea en 1986, sin que se vislumbre un futuro despejado, no podría soportar tampoco una subida del IVA y por consiguiente del precio final, en los medios de producción, como son fertilizantes, semilla, repuestos, maquinaria, gasóleo o electricidad. Hay que tener en cuenta que el agricultor está acogido al Régimen Especial de IVA, por lo que no hace balance trimestral de este impuesto y por tanto no podría compensar con la venta de los productos el mayor IVA pagado por los medios de producción.
ASAJA Castilla y León