ASAJA de Castilla y León ha alertado hoy sobre la imposibilidad de erradicar la tuberculosis y brucelosis animal porque todas las medidas administrativas van dirigidas a controlar el ganado, “cuando el auténtico reservorio de estas enfermedades está en la fauna silvestre, sobre la que no se está actuando con eficacia”.
Esta mañana se celebra en la consejería de Agricultura y Ganadería una reunión para analizar los resultados de saneamiento ganadero correspondientes a 2010, unos datos que pueden llevar a equívoco, porque cada año apuntan un avance en la erradicación de estas patologías. Lo cierto es que tuberculosis y brucelosis se dan prácticamente por erradicadas en la ganadería intensiva y estabulada, pero no ocurre lo mismo en la ganadería extensiva, que ocupa importantes áreas y significativos ecosistemas de la región, como las áreas de montaña y los pastos de dehesa.
En estas zonas, las más castigadas desde el punto de vista de la despoblación y en los que por tanto es más necesario el mantenimiento de la actividad ganadera, una y otra vez las explotaciones repiten resultados positivos en la enfermedad. Una reincidencia en las positividades que implica el sacrificio de los animales y un tremendo coste para el ganadero, porque las indemnizaciones son escasas y no sufragar el lucro cesante, y las ayudas a la reposición del ganado muy limitadas. Además, el ganadero debe soportar la picaresca de mataderos y tratantes, que se aprovechan de la situación para pagar a un tercio de su valor estas canales que en nada se diferencian de las del resto de animales, porque son perfectamente aptas para el consumo. También inverosímil resulta que se restrinja el movimiento a matadero de animales de estas explotaciones afectadas, cuando van a ir directamente a sacrificio y no van a suponer por tanto ningún riesgo de contagio para otras ganaderías.
Otro punto que la organización agraria cuestiona son las técnicas de diagnóstico elegidas, que están derivando en falsos positivos que la administración no reconoce. Además, a ASAJA “no le consta” que todos los laboratorios que utiliza la administración para las campañas de saneamiento estén acreditados en sus técnicas analíticas por el órgano competente, la ENAC (Entidad Nacional de Acreditación).
Para ASAJA, el problema principal es que se está empleando el mismo modelo de saneamiento para la ganadería intensiva y para la extensiva, sin tener en cuenta el principal elemento distorsionador, la fauna silvestre. “En estos momentos, no existe un auténtico programa nacional de vigilancia y control sanitario de los animales silvestres, con censos que además se han incrementado en los últimos años, y que comparten espacio y pastos con los animales de extensivo. La administración sigue considerando a la fauna salvaje como un decorado, sin querer asumir los costes y problemas que de ese bonito decorado se derivan, y es hora de que se aplique a la fauna la misma normativa que a los animales domésticos”, denuncia ASAJA.
Por último, la OPA apela a un mayor entendimiento entre las consejerías con responsabilidades cruzadas en esta materia (Agricultura y Ganadería y Medio Ambiente) para hallar soluciones de consenso que beneficien a las principales víctimas de esta situación, los ganaderos.
ASAJA