Nota de ASAJA
Ninguna fuerza política o social parece dudar de la necesidad de poner en valor las infraestructuras de regadío pendientes en la zona norte de Granada para potenciar su desarrollo económico, subordinado indefectiblemente a la agricultura. Las perseverantes reclamaciones de los alcaldes de las comarcas de Baza y Huéscar para que se ejecuten las obras hidráulicas que permitan los regadíos de las 23.000 hectáreas previstas en el Decreto 178/89 son, desde este punto de vista, una loable muestra de su afán por defender los intereses de “su tierra y sus gentes”, así parecen querer demostrarlo ante la opinión pública con su unánime protesta ante la visita del presidente del Gobierno, José María Aznar, a la comarca de Almanzora para la inauguración de las obras del trasvase del Negratín.
Pero esa ejemplar concordia tiene algunas grietas que tapar. Al respecto Manuel del Pino López, secretario general de ASAJA GRANADA, señala las palpables desavenencias entre los alcaldes de los municipios beneficiarios de la construcción del Canal del Portillo, que han provocado el bloqueo de una obra incluida en el Plan Hidrológico Nacional, con un presupuesto de 22.666.867 euros, y que permitiría la mejora del riego de 8.000 hectáreas -repartidas entre los términos municipales de Baza (4.374), Caniles (1.941), Benamaurel (1.062) y Cortes (250)- y la puesta en funcionamiento de otras 1.500 hectáreas de nuevo regadío. Con la paralización de esta obra hidráulica, explica del Pino, se está frenando la modernización de los regadíos y se están causando serios perjuicios económicos. Y a ello, continúa, también ha contribuido la Delegación de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía que se opone a su construcción arguyendo riesgos de tipo ecológico que no tienen fundamento.
Canal del Portillo
Asaja ya se posicionó en su día a favor de la construcción del Canal del Portillo con una serie de argumentos que rebaten algunos punto en conflicto:
-El proyecto no supone ninguna catástrofe biológica. El agua que se va a utilizar para el riego de las hectáreas previstas se recogerá por debajo del embalse del Portillo, por tanto, no afectará al cauce del río Castril. La extracción del agua se hará como en cualquier otra obra de regulación, lo que equivale a decir que hay unos niveles de reserva por debajo de los cuales nunca se utilizaría el agua para el riego.
-Este proyecto, licitado el 17 de enero de 2003, nada tiene que ver con el que se planteó en 1982 y que dio origen a una serie de alegaciones que lo paralizaron. Incorpora, de hecho, importantes transformaciones para adaptarse a nuevas exigencias medioambientales, como es el desvío del trazado de las obras de conducción por una zona de secano en lugar de por la vega
-El bombeo de agua desde el embalse del Negratín como alternativa al trasvase no es rentable para los regantes, pues con esta fórmula habría un coste adicional de energía que tendrían que asumir los agricultores, además del coste al que ya hacen frente para la construcción de la obra
ASAJA