Asaja Granada responde a la carta enviada por el consejero de la Junta de Andalucía a los olivareros

Nota de ASAJA Granada

Recientemente el consejero de la Junta de Andalucía, enviaba una carta a los olivareros andaluces dirigiéndose a ellos en un amigable tono: “Querido/a amigo/a:”, para, según se cita en ella, “informarte sobre el resultado final de la reforma de la OCM del olivar y de cómo quedarán hasta el año 2013 estas ayudas”. Dicha carta, sin embargo, nada explica a éstos acerca de los compromisos políticos finalmente adoptados en Bruselas el pasado 22 de abril; en cambio, sí se empeña en persuadirles de aparentes logros que no se han conseguido y en declarar con atrevimiento que “el futuro del sector se presenta claro y esperanzador”.

Dice la carta, al inicio del segundo párrafo: “Como recordarás, partíamos de una situación muy difícil, que finalmente ha sido notablemente mejorada”. Se refiere al presupuesto adicional de 20 millones de euros caritativamente concedidos a España por Fischler, apenas un soplo de vida para el olivar español que requería, según estimaciones de la propia Junta de Andalucía, entre 150 y 200 millones para adecuar las ayudas a la realidad productiva de nuestro país y salvar así las fuertes penalizaciones con que nos castiga la UE. Este ha sido uno de los más sonados fracasos de la negociación del Gobierno. ¿Qué se pretende hacer creer con tan deleitosa letra?

Otra loable conquista a ritmo rumboso que celebra el Consejero es la propuesta de la Junta -aceptada por Bruselas- de flexibilización del pago acoplado de las ayudas por parte de cada Estado Miembro “para poder llegar al 100% de los [recursos] que históricamente ha cobrado cada olivarero de media entre las campañas 1999/2000 hasta 2002/2003”. Sabia observación cuando la inclusión de la campaña 1999-2000 para fijar el cálculo del pago único acoplado (un gol a puerta vacía que le metieron a la Ministra de Agricultura) ha hecho que Andalucía pierda 36 millones de euros anuales, ya que fue la única campaña del citado periodo en que quedó muy por debajo de su producción habitual con 515.757 Tm., (España en su conjunto, con 747.000 toneladas de producción, no completó el cupo de 770.037 Tm.)

Pero los efectos sonoros más exuberantes llegan con el último párrafo: “En Andalucía, como sabes, somos líderes mundiales en la producción de aceite de oliva y nuestros productos son reconocidos y valorados tanto nacional como internacionalmente. Esto ha sido posible gracias a tu esfuerzo, la enorme capacidad productiva con que contamos y a la excelente calidad …”(los subrayados en negrita son también literales). Claro que la música de fondo resuena en nuestra cabeza con un sentimiento más triste y febril: es la primera vez que se aprueba una reforma en contra de los intereses del primer país productor de Europa y del Mundo. (el subrayado es nuestro)



Exigencias

La Junta de Andalucía debería abandonar la sofistería para camuflar sus fracasos. Los olivareros andaluces conocen mejor que nadie su realidad y no se les puede engañar, por tanto, con patrañas. Desde Asaja Granada se insta a la Junta a que abandone sus artes retóricas y se dedique a solucionar los verdaderos problemas del olivar andaluz.

Las propuestas que se le hacen a la Administración Autonómica (adoptadas el pasado 12 de mayo en Córdoba por ASAJA ANDALUCÍA, organización regional que engloba a todas las delegaciones provinciales) son las siguientes:

Arbitrar mecanismos para compensar la diferencia entre el desastroso acuerdo alcanzado en Luxemburgo por el Gobierno de España de sólo 20 millones de euros de presupuesto adicional y las necesidades del sector olivarero, estimadas en 150 a 200 millones, no sólo por la administración central y andaluza sino por las fuerzas políticas y sociales y el resto de organizaciones agrarias.

Librar fondos adicionales para atender las necesidades del olivar de altos costes y baja producción, y la aceituna de mesa.

Desacoplar el 100% de las ayudas al olivar, tal como permite la propia reforma a cada Estado Miembro, para garantizar la no transferencia de fondos ni entre Comunidades Autónomas ni entre Provincias ni entre explotaciones, a fin de ser lo más equitativos con la realidad productiva que generó los derechos de ayuda.

Que en el desarrollo normativo de la reforma quede convenientemente contemplada la prohibición de mezclas, como manera de fomentar la calidad y un sistema de control que vele por la transparencia del mercado.

La interposición de un recurso jurídico ante el Tribunal Europeo de Justicia contra la reforma de la OCM.

Asaja Granada

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