ASAJA insta a la Junta a ofrecer compensaciones por las pérdidas que causan las aves en el arroz

Los ganaderos de Castilla y León ya no temen a los lobos. Cuando un ejemplar de esta especie protegida ataca un rebaño la Consejería de Medio Ambiente de Castilla-León se hace cargo de los daños e indemniza al ganadero. En Andalucía, en los últimos diez años, 223 arroceros han sufrido importantes pérdidas de cosecha por los daños ocasionados por los calamones, los ánsares, las garzas reales, las garzas imperiales, los moritos, los ánades y las cigüeñas y nadie se ha responsabilizado de las pérdidas, que ascienden a casi 825.000 euros, pese a que ya el propio Tribunal Superior de Justicia de Andalucía se ha pronunciado a favor de las indemnizaciones.

El responsable de Medio Ambiente de ASAJA-Sevilla, Juan Manuel Díaz, ha puesto hoy de manifiesto este problema ante la Comisión de Desarrollo Sostenible del Espacio Natural de Doñana, y ha instado una vez más a la Administración andaluza a acatar la legislación vigente y a indemnizar a los agricultores afectados.

Junto al arroz, los otros cultivos que sufren la acción de la avifauna son la remolacha y el cereal. Aunque los daños más graves son los que provoca el calamón, conocido también como “gallo azul”, en el cultivo del arroz. En las fases iniciales del cultivo este ave arranca y secciona los tallos de la planta de la que se alimenta y provoca efectos devastadores, posteriormente utiliza el arrozal como refugio y zona de anidamiento generando grandes calvas y largos pasillos en sus desplazamientos y provocando así el encame de las plantas cuyo grano no podrá ser recolectado por la cosechadora.

Desde ASAJA-Sevilla hemos recordado hoy a los responsables de Medio Ambiente la obligación de cumplir con la Ley de Flora y Fauna Silvestre de Andalucía (Ley 8/2003 de 28 de octubre) que en su título 1, capítulo 1, artículo 17.2 establece las medidas de prevención de daños a la agricultura y la ganadería y dice textualmente que “cuando una especie amenazada pueda causar daños a las producciones agrícolas y ganaderas, y no se considere recomendable adoptar medidas excepcionales de control de dicha especie, la Consejería competente en materia de Medio Ambiente podrá establecer un marco de participación voluntaria de los titulares de las explotaciones en la conservación de la especie, con las correspondientes compensaciones por los efectos que se deriven sobre sus cultivos o ganados”.

Asimismo, ASAJA ha instado al Consejo de Participación del Espacio Natural de Doñana a que, a la mayor brevedad, evalúe las variables críticas de estas especies y arbitre un sistema de control de las mismas, y en caso de que eso no fuera posible por la vulnerabilidad de alguna de ellas, se estudien y propongan medias que conlleven compensaciones económicas para los afectados.

La gravedad de los daños se ha incrementado en las últimas campañas en paralelo a la recuperación del calamón, especie que ha triplicado su censo y su presencia en los arrozales, como ponen de manifiesto los informes de la propia Federación de Arroceros de Sevilla, por lo que es urgente poner en marcha un sistema de control de esta especie o en caso contrario, y previa comprobación y valoración de los daños, indemnizar a los agricultores afectados, tal como hacen las administraciones de otras comunidades autónomas.

ASAJA-Sevilla

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