Nota de ASAJA
La comisaria de Agricultura de la UE, Marian Fischer-Böel, ha «dejado caer» en una serie de intervenciones de las últimas semanas la necesidad de que se plantee próximamente la futura política láctea de la UE después del año 2013, año en que, en principio, finaliza el régimen actual basado en las cuotas y en la intervención.
Este planteamiento se haría en 2008, aprovechando que para entonces está previsto que se haga la revisión del funcionamiento de la PAC que ahora la Comisión denomina eufemísticamente “chequeo médico”.
¿Por qué la necesidad de plantear ahora una reforma del sector lácteo?. Dos son las razones fundamentales: Una es el hecho de que este sector continua con desequilibrios de mercado, entregándose a la intervención a pesar de haberse aplicado recientemente una reforma que consistió en bajar drásticamente los precios de intervención para la mantequilla y la leche en polvo. La otra razón es que no cabe esperar hasta 2013 para hacer una reforma que habría que preparar con tiempo y realizarse de forma gradual.
La comisaria se ha decantado claramente por la idea de eliminar las cuotas lácteas a partir del 2013; aunque sin entrar en detalles de cómo se llevaría esto cabo. No obstante, se han dejado entrever algunas posibilidades para su aplicación en un eventual período transitorio, que sería el que iría de 2008 a 2013. Estas podrían ser las siguientes:
-Aumentar las cuotas lácteas de forma gradual a todos los países, lo que provocaría que por “inundación” las cuotas dejaran de tener sentido, al ser de un volumen tal que no acaben suponiendo freno alguno a la producción.
-Reducir la cuantía de la supertasa gradualmente, con lo que también las cuotas acabarían dejando de tener sentido.
-Favorecer las transacciones de cuotas permitiendo la venta de cuota sin tierra con total libertad, incluso entre diferentes estados miembros.
-Combinaciones de las tres ideas anteriores.
Además, estas posibles medidas podrían ir acompañadas de nuevas reducciones de los precios de intervención para la mantequilla y leche en polvo, en aras de la pretendida liberalización de los mercados.
Ante el planteamiento de una reforma tan drástica se requiere en cualquier caso una profunda reflexión sobre a dónde va y qué queremos para el sector lácteo español y plantearse la necesidad de acometer una adaptación. No cabe aferrase a la idea de resistir a ultranza manteniendo un sistema que si finalmente desaparece y nos pilla con una estructura obsoleta supondría que el sector productivo sería barrido por la competencia exterior.
En este sentido, resulta lamentable la actuación de las Administraciones españolas a lo largo de toda esta campaña. En un contexto de posible desaparición de cuotas, parece que lo más importante para muchos políticos es la discusión bizantina sobre si la cuota distribuida en el Plan de Reestructuración sale o entra de unas comunidades autónomas u otras.
En esta coyuntura, urge que el sector lácteo adopte planteamientos serios y profesionales y se plantee ahora que postura se va a adoptar y como se piensa sobrevivir en los próximos años teniendo en cuenta lo que parece que se viene encima. Antes de que sea demasiado tarde.
ASAJA