Nota de ASAJA
El director general de ASAJA-Andalucía, Vicente Pérez, compareció ayer martes ante la Comisión de Economía, Hacienda y Presupuestos del Parlamento andaluz y ha denunciado la incapacidad de la Consejería de Agricultura para contener el gasto corriente.
Del análisis del proyecto de presupuestos de la Junta de Andalucía para la próxima campaña se desprende que el gasto de financiación del aparato de la propia Consejería continúa creciendo. Los gastos de funcionamiento de la propia Consejería suponen un 25,55% del total del presupuesto anual de este departamento, lo que va en detrimento de las políticas de fomento económico.
De esta manera, tal y como expuso Vicente Pérez en su comparecencia, «la Consejería de Agricultura es la que cuenta con un mayor número de planes y proyectos en marcha, pero por desgracia, la mayor parte carecen de presupuesto o, en el mejor de los casos, tienen un presupuesto tan limitado que no da más que para acciones promocionales del propio plan».
El crecimiento de los Fondos dirigidos a la Política Agraria y Pesquera de la Junta de Andalucía ha sido del 7,07% y supone el 3,24% del gasto total de la Administración andaluza, descontando la partida del FEOGA Garantía, contabilizada como 1.502,53 millones de euros, que llega a nuestra Comunidad Autónoma procedentes de la Unión Europea para políticas de mercado, la Consejería gestiona por tanto de forma directa, 707,43 millones de euros, más de 46,29 millones de euros que el período anterior.
Sin embargo, el crecimiento del gasto corriente limita la eficacia de este presupuesto, que no satisface las necesidades de la agricultura andaluza en un momento de especiales dificultades por las reformas aprobadas y las reformas en curso.
Así, líneas tan importantes y tan demandadas como son la incorporación de jóvenes, la mejora de estructuras y la modernización de explotaciones experimentan un incremento de tan sólo el 3% pasando de 31,47 millones de euros a 32,42; mientras que el presupuesto de la empresa pública DAP, la mayor perceptora de ayudas agrarias de toda Andalucía, crece más de un 15%, pasando de 64,37 millones de euros a 74,1.
Otra política fundamental de la Consejería de Agricultura, el Desarrollo Rural, se está convirtiendo en una vulgar transferencia de fondos a los ayuntamientos para tapar déficits, arreglar jardines y acerados, incluso suplantar con dinero público a los empresarios locales. El presupuesto para el Desarrollo Rural del próximo ejercicio se sitúa en 37,99 millones de euros, sube un 73% respecto a 2003, si bien se mantiene en un nivel semejante al año 2002.
No es suficiente con que los fondos para el desarrollo rural crezcan si este crecimiento no se oriente hacia los empresarios rurales. Lo que crece es el gasto corriente de los grupos y las denominadas políticas de Género y Juventud, con resultados más bien nulos.
Por su parte, el presupuesto para las tan nombradas y tan necesarias Medidas Agroambientales, que suponían el grueso de financiación del Plan estratégico, ha disminuido para el año 2004 en 1,7 millones de euros. Estas medidas están gestionadas de manera errática: Nunca se sabe cuando se convocan, nunca se sabe cuando se aprueban, nunca se sabe cuando se pagan, etc. Más que medidas para favorecer la agricultura sostenible, parece una especie de lotería primitiva, que nunca se sabe cuando toca, ni lo que toca. El total de medidas de acompañamiento para este año 2004 se ha visto reducido en un 9,52%.
La política de seguros agrarios, fundamental para garantizar las rentas del sector, ve rota la evolución positiva del pasado año y baja un 2%. La Consejería desincentiva la contratación de uno de los principales instrumentos para el mantenimiento de rentas en el sector. Resulta ridículo que no se luche en pro de conseguir la universalización del aseguramiento, y más aún cuando los seguros contituyen la excusa oficial para negar cualquier tipo de ayuda directa para compensar las catástrofes climáticas.
En definitiva, desde ASAJA-Andalucía entendemos que la agricultura andaluza necesita algo más que planes incoherentes y presupuestos contradictorios, necesita ideas para un futuro cada vez más incierto, con un entorno comercial cada vez más globalizado y unos fondos europeos para el desarrollo que ya no miraran hacia el sur, sino hacia el este
ASAJA