Desde ASAJA Aragón se argumenta que la excepcionalidad de este año 2009 está dejando en la práctica ruina a numerosas explotaciones de fruta. “La crisis ha hecho que las grandes superficies estén apretando hasta límites insospechados, en los precios, con la complicidad de los almacenistas, o en los aplazamientos de los pagos; con precios por debajo de costes la supervivencia está más que negra; pero es que encima, con los seguros, con cláusulas como la de aprovechamiento industrial o la de vientos huracanados, que no se ajustan a realidad, si encima sumamos lo que meteorológicamente hemos padecido, es como para echar el cierre”, argumenta Carlos Ferrer.
La organización se ha dirigido por escrito a la DGA solicitando a la Consejería de Agricultura y Alimentación una reunión monográfica sobre el sector de la fruta dulce, y que se estudien posibles soluciones para el mismo, que pasarían por la negociación y ayudas para Planes de Reconversión Varietal o de Arranque, “que se pueda estudiar caso por caso según los daños que han padecido algunas zonas concretas, como Ballobar, Fraga ó Zaidín, y que los productores puedan acogerse a una u otra solución, porque lo que hemos padecido este año ha dejado las explotaciones muy tocadas económicamente”.
ASAJA Aragón ya ha venido demandando algunas otras medidas que mitiguen las pérdidas de los fruticultores, que han visto caer los precios por los suelos sin existir motivos de mercado para ello, o cómo el viento y el granizo castigaban una y otra vez la fruta y los árboles, por lo que se han demandado medidas relativas a los seguros y a la necesaria ampliación a comarcas como Bajo Cinca o Cinca Medio de la Red Antigranizo de Aragón, “si bien somos conscientes de que esas medidas no son salvadoras 100% al menos que tengamos mejores armas para defendernos, porque el pedrisco este año ha sido devastador”.
Por otra parte ASAJA se ha dirigido también a la Consejería de Medio Ambiente para alertar del problema creado para la recogida de fruta dañada y desperdicios de los almacenistas. “Son residuos que no se pueden echar al contenedor y ya está, necesitan una recogida selectiva y como la industria transformadora se ha negado ya a ir a recogerlo, los almacenes tienen ahora un problema medio ambiental que necesita urgente solución por parte de la administración” concluía Ferrer.
Asaja-Aragón