La modulación no es sino “un impuesto”, una detracción de fondos que los agricultores venían recibiendo de forma directa para compensar la pérdida de renta de las explotaciones, y destinarlos a otro tipo de políticas que deberían de sufragarse con presupuestos públicos que de esta manera se ahorran las diferentes administraciones. Este “impuesto” en Castilla y León se aproximará a la magnitud de 100 millones de euros cuando se aplique en el 10 por ciento de las ayudas.
La exención de la modulación para los agricultores que cobran menos de 5.000 euros al año es una medida positiva si con ello se pretende favorecer al pequeño agricultor, pero en la práctica lo que supone es un trato de favor para quienes no son profesionales al tener otra actividad complementaria, incluso muchos que están en edad de jubilación, que al ser titulares por lo general de explotaciones más pequeñas, se libran de la reducción del 10 por ciento que van a tener quienes ejercen la agricultura y ganadería como única actividad. Este recorte de fondos, que en Castilla y León afecta mayoritariamente al sector cerealista, se produce en un momento en el que los precios han caído un 37 por ciento con respecto a hace un año, los costes de los abonos se han doblado, y consecuencia de todo ello se están dejando miles y miles de hectáreas sin sembrar.
En cuotas lácteas se cumplió el peor de los presagios
Respecto al sector lácteo, la mala noticia es la no revisión de la decisión de suprimir las cuotas lecheras a partir de 2015, desmantelando un sistema de protección que ha supuesto una garantía de rentas para los productores. Y mala noticia es aprobar un incremento de cuota lineal del 1 por ciento hasta el año 2015, que va a suponer generar más excedentes en un momento en el que Europa no está dando salida hacia los mercados mundiales a la producción que no consume. Esta mala noticia se produce en un contexto en el que en Castilla y León ha caído el precio de la leche un 26 por ciento respecto a noviembre de 2007.
Lo único positivo, el desacoplamiento de las ayudas
El desacoplamiento total de las ayudas, para la mayoría de los sectores, es la única decisión positiva de toda la reforma. Esta medida de política agraria que venía reclamando ASAJA, que permite al profesional orientar su producción al mercado al margen de los apoyos públicos, se podía haber aplicado con anterioridad al ser voluntaria, algo a lo que el actual Gobierno español se opuso al tomar la decisión contraria ya en 2004. ASAJA espera que esta decisión sobre el desacoplamiento total de las ayudas se adopte cuanto antes, para todo los sectores, incluyendo el vacuno y el ovino, y que el Gobierno español no lo retrase ni ponga cortapisas en línea con lo que en esta materia ha venido haciendo hasta ahora.
Se reducen las medidas de apoyo a los mercados
ASAJA lamenta que en un momento de excedentes en varios sectores agroganaderos y caída por tanto de los precios y de las rentas, la reforma se haya orientado hacia la supresión de medidas de protección de las producciones europeas como son la intervención pública, los aranceles o las ayudas a la exportación. Con medidas como las aprobadas, el suministro de alimentos en Europa se terminará haciendo desde los puertos marítimos en vez de desde los campos de cultivo y las granjas.
Una vez más la ministra Elena Espinosa y su equipo han ido a Bruselas de “comparsa” y no han conseguido sacar adelante ninguna de las propuestas que habían anunciado y que hubieran atenuado los efectos de la reforma en nuestra agricultura. España ha fracasado en la negociación y ha demostrado ser un país del “club de los que no se tienen en cuenta en Bruselas” en materia de política agraria. ASAJA espera que, hecho el mal, ahora se mire con lupa la redacción de los reglamentos que desarrollarán los acuerdos políticos, y se hagan políticas nacionales y regionales orientadas a mejorar la competitividad de las explotaciones.
ASAJA Castilla y León