ASAJA lamenta que Elena Espinosa, actuando de espaldas a los intereses de los ganaderos españoles a los que en teoría representa y tiene que defender en Bruselas, en lugar de oponerse a esta ampliación de cuota la respalde e incluso se felicite por ello, a sabiendas de que el sistema de cuotas es respectado por el sector como la mejor forma posible de sostener los precios y proteger a las explotaciones familiares.
El anuncio de la ampliación de la producción llega, además, en un momento especialmente complicado, cuando las industrias han bajado en 4 céntimos el precio del litro de leche en febrero y además han anunciado nuevos descensos. Sumando el problema de precios a los altos costes de producción actuales y el remate de la decisión de los ministros de la UE los ganaderos de vacuno de leche tienen motivos para temerse que la crisis que desde hace meses estrangula a otros sectores ganaderos se cebe también con ellos, tal como denuncia ASAJA.
El argumento esgrimido por Espinosa de que ese aumento del 2 por ciento redundará en una bajada de precios al consumidor es calificado por ASAJA de “pueril” puesto que repetidamente hemos comprobado cómo los descensos de precios en origen no se traducen en el descenso en la tienda, incluso a veces ocurre lo contrario. “Donde tiene que trabajar el Gobierno, y más en este momento de crisis y retroceso del consumo, es en la industria transformadora y la gran distribución, para que no abulten sus márgenes de beneficio”, subraya la OPA.
ASAJA considera que, si realmente la Unión Europea precisa de mayor producción de leche, lo justo habría sido incrementar la cuota en los países que tienen un balance negativo entre lo que producen y lo que consumen, como es el caso de España; pero lo que se ha aprobado es un incremento del 2 por ciento lineal para todos los Estados miembros. La ministra, como experta en el tema, habrá previsto o debería haberlo hecho una consecuencia indeseable de esta subida de la cuota europea: que dará alas a nuestro máximo competidor, Francia, para inundar más aún el mercado español con la leche que ella le sobra, puesto que ese 2 por ciento que va a producir de más estará netamente dedicado a la exportación y, de paso, a desequilibrar los precios que reciben aquí nuestros ganaderos.
A título orientativo, basta con consultar la estadística de 2007 de intercambios lácteos con Francia: mientras que a España llegó leche francesa por valor de 185 millones de euros, la leche española absorbida por el mercado galo sólo sumó 19 millones de euros. España compró 74 millones de leche en polvo, 90 millones de yogur, 179 de quesos… Resulta significativo que sólo el queso fresco francés importado por nuestro país suponga un balance similar a todos los quesos españoles exportados a Francia (incluso paradójico que España importe de Francia más queso de tipo manchego y similares del que le exporta).
La ministra española puede presumir de haber dado un balón de oxígeno a los ganaderos franceses, mientras que los españoles se tendrán que conformar con trabajar más para ganar menos, porque esa es la realidad que hay detrás de ese 2 por ciento de subida de cuota que con poca habilidad se ha querido vender como un logro político, y que además no garantizar en ningún caso bajadas de precios al consumidor.
ASAJA