Especialmente, a ASAJA le preocupa el sector lácteo, tanto de vacuno como de ovino y caprino, puesto que trabaja con un producto perecedero que no puede almacenarse, y también el suministro de pienso a las granjas, para que los animales no mueran de hambre.
Para ASAJA, “leche y pienso no pueden entrar en el juego de las demás mercancías”. Los ganaderos de leche tienen que alimentar y ordeñar diariamente a sus animales y no dar salida a la leche les ocasionaría pérdidas insoportables, “el remate de todos estos meses de crisis”. Respecto al pienso, y en especial granjas de producción intensiva (avicultura y porcino, principalmente), en dos o tres días se acabará lo almacenado y si interrumpe el suministro “sencillamente los animales no comen, lo que significa, además de la ruina para el ganadero, contravenir las leyes de protección y bienestar de los animales”, subraya ASAJA. Los ganaderos hasta cierto punto pueden entender que las consecuencias de este parón del transporte les obligue a retrasar la salida de sus animales para ser sacrificados en el matadero, “pero que se tengan que morir de hambre en las granjas, eso no pueden aceptarlo”, puntualiza la OPA.
Lleva la huelga estos límites ocasionaría lamentablemente el enfrentamiento entre dos sectores, el agroganadero y el del transporte, que son víctimas de la imparable subida del crudo y que, lejos de enemistarse, deberían buscar la “complicidad en nuestras reclamaciones, porque estamos en la misma guerra”.
Finalmente, ASAJA ha pedido una reunión urgente con el delegado el Gobierno en Castilla y León para que las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado garanticen la circulación de los camiones de las empresas que recogen leche y transportan piensos.
ASAJA