ASAJA pide un mayor esfuerzo a las empresas que contratan patata industrial

Castilla y León es una de las principales regiones productoras de patata de nuestro país, donde se dan condiciones para competir en calidad y precio con el resto de países europeos. La competencia de fuera viene cuando se tratan de colocar aquí sus producciones excedentarias –que venden a veces por debajo de los costes de producción– o cuando las grandes superficies y la industria agroalimentaria tienen compromisos de aprovisionamiento con otros países.

En los últimos años el sector ha hecho un gran esfuerzo en organizarse a través de cooperativas que seleccionan y almacenan el producto en cámaras de frío hasta su venta a las industrias o las grandes superficies, pero este esfuerzo no se está viendo compensando con un mayor valor añadido que pueda repercutirse en la renta de los productores. Unos productores que se han profesionalizado, tras aumentar el tamaño de sus explotaciones y haber invertido grandes cantidades de dinero en maquinaria y tecnología.

ASAJA pide a la Junta de Castilla y León que tome decisiones políticas para que se aproveche toda la capacidad productiva de patatas de la región que pueda absorber el mercado, y le exige que utilice sus competencias para mejorar el funcionamiento de la interprofesión y del contrato homologado de patata para industria.

En Castilla y León hay cerca de 3.000 productores de patata, que cultivan una superficie que en las últimas campañas ha oscilado entre las 20.000 y las 23.000 hectáreas. Después de la reducción de las siembras de remolacha por la entrada en vigor de la OCM, el cultivo de la patata, de similar rentabilidad, es fundamental en amplias zonas productoras de la región, por lo que se han de tomar todas las medidas tendentes a garantizar unos precios rentables y estables en ésta y sucesivas campañas, tal como reclama ASAJA.

ASAJA

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