Para ASAJA Aragón, históricamente hay una serie de reivindicaciones de las gentes de la montaña que se deberían tener en cuenta, porque se trata de cuestiones directamente relacionadas con la dignidad personal, como es el reconocimiento del papel fundamental de la agricultura y ganadería de montaña para la buena conservación de los hábitats, así como valorizar las producciones de las zonas de montaña. Dentro de esas reivindicaciones “históricas” también entraría la mejora de los accesos y las comunicaciones, o el mejor aprovechamiento en esas zonas de los recursos hídricos, tanto para ganadería como con la creación de “manchas verdes” de regadío. Igualmente se pondrá sobre la mesa la posibilidad de políticas de concentración parcelaria que permitan un mejor aprovechamiento de los recursos.
El empleo preocupa y mucho a los habitantes de la montaña, por eso han hecho llegar a ASAJA la necesidad de plantear la posibilidad de que la administración proteja y fomente la creación y asentamiento del empleo en el sector primario en estas zonas de montaña, y también apoyando la creación de PYMES de transformación ó la compatibilización de empleo agrícola-ganadero con el turismo. Igualmente se considera prioritario que en el reparto de derechos, en la compra de maquinaria y en la planificación de regadíos, tengan prioridad los habitantes de las zonas de montaña.
Una de las reivindicaciones más apuntadas por las gentes de la montaña es que se respete al máximo posible la opinión de los propios habitantes de la montaña, que se sienten constantemente agraviados cuando se legisla sobre sus intereses sin contar con su voz, y se hace desde centros administrativos y políticos (desde Zaragoza), conociendo a veces solo la realidad de la montaña de los fines de semana o en períodos vacacionales. La actividad agraria y ganadera tiene claros beneficios medioambientales en las zonas de montaña, y ese primer reconocimiento es la base sobre la que articular futuras políticas en las zonas de montaña.
Para ASAJA Aragón, históricamente hay una serie de reivindicaciones de las gentes de la montaña que se deberían tener en cuenta, porque se trata de cuestiones directamente relacionadas con la dignidad personal, como es el reconocimiento del papel fundamental de la agricultura y ganadería de montaña para la buena conservación de los hábitats, así como valorizar las producciones de las zonas de montaña. Dentro de esas reivindicaciones “históricas” también entraría la mejora de los accesos y las comunicaciones, o el mejor aprovechamiento en esas zonas de los recursos hídricos, tanto para ganadería como con la creación de “manchas verdes” de regadío. Igualmente se pondrá sobre la mesa la posibilidad de políticas de concentración parcelaria que permitan un mejor aprovechamiento de los recursos.
El empleo preocupa y mucho a los habitantes de la montaña, por eso han hecho llegar a ASAJA la necesidad de plantear la posibilidad de que la administración proteja y fomente la creación y asentamiento del empleo en el sector primario en estas zonas de montaña, y también apoyando la creación de PYMES de transformación ó la compatibilización de empleo agrícola-ganadero con el turismo. Igualmente se considera prioritario que en el reparto de derechos, en la compra de maquinaria y en la planificación de regadíos, tengan prioridad los habitantes de las zonas de montaña.
Una de las reivindicaciones más apuntadas por las gentes de la montaña es que se respete al máximo posible la opinión de los propios habitantes de la montaña, que se sienten constantemente agraviados cuando se legisla sobre sus intereses sin contar con su voz, y se hace desde centros administrativos y políticos (desde Zaragoza), conociendo a veces solo la realidad de la montaña de los fines de semana o en períodos vacacionales. La actividad agraria y ganadera tiene claros beneficios medioambientales en las zonas de montaña, y ese primer reconocimiento es la base sobre la que articular futuras políticas en las zonas de montaña.
ASAJA