La superficie total de cereales (invierno y primavera) permanece casi inalterable respecto a la del año pasado, sí cabe destacar caídas importantes en la superficie sembrada de trigo duro que cae en torno al 10% y caídas similares en maíz. Superficies de siembra que son compensadas por incrementos cercanos al 7% en trigo blando, atribuibles fundamentalmente a Castilla y León, y al grupo otros cereales (avena, centeno, triticale). En total algo más de 5,8 millones de hectáreas sembradas de cereal que podrían verse reducidas en cerca del 10% puesto que las expectativas de escaso rendimiento están haciendo que se orienten a henificación.
La bajada de superficies con destino grano, el arrastre producido por las inundaciones, la asfixia radicular por encharcamiento y la imposibilidad de poder pisar muchas parcelas para realizar tratamientos herbicidas junto al daño provocado por las heladas tardías y el golpe de calor de las últimas semanas, con mayor o menor incidencia de cada uno de estos factores según las Comunidades Autónomas, harán que uno de los años más lluviosos de los últimos tiempos se convierta en un año relativamente corto en producciones.
Sí analizamos por especies de cultivo, las estimaciones para cebada son de 8,8 millones de toneladas (+19% respecto a la campaña anterior), 3,6 de trigo blando (+6%), 0,80 de trigo duro (-40%), 1,3 de otros cereales (+13%) y 3,2 de maíz (-9%), lo que suponen un total de 17,5 millones de toneladas de cereal como producción total, maíz incluido. Estos datos suponen un incremento respecto a la campaña anterior de un 8% (campaña que resultó especialmente corta) y un descenso de un 20% respecto a la cosecha 2008. En cualquier caso, España es un país tradicionalmente deficitario en cereales y esta campaña necesitaríamos por encima de 10 millones de toneladas para cubrir nuestras necesidades.
Respecto a datos internacionales, la sectorial analizó las previsiones tanto del IGC como del USDA que coinciden en el mantenimiento de las producciones en los mismos niveles del año anterior y un incremento del consumo mundial tanto alimentario como industrial entre el 1 y el 2%. Dentro de la UE nos encontramos con una situación similar tanto en producción como en consumo.
Todo lo anterior, junto con la favorable situación del tipo de cambio euro-dólar para las exportaciones europeas y la orientación al alza del mercado del petróleo, que según diversos analistas es seguido en su tendencia por el mercado de cereales desde hace unos años, pueden ser algunas de las razones que expliquen el repunte que parece apreciarse en los precios de los cereales durante los últimas semanas, a pesar del lastre que suponen los más de 6 millones de toneladas de cereal entregados a intervención en la UE-27 en esta última campaña.
Asaja