Remitido por Asaja Salamanca:
A la espera de que se publique el Real Decreto que regulará dicho sistema en el BOE se van perfilando algunos aspectos del articulado pero queda aún por definir uno de los apartados más importantes, el de la participación económica de las Comunidades Autónomas en la puesta en marcha de dicho sistema.
Lo que sí está claro es que el Ministerio de Agricultura y Ganadería contribuye con un máximo del 60% durante el 2.005, porcentaje que se reducirá al 50% en los años sucesivos, el 40% restante (50% a partir del 2006) debería corresponder en su totalidad a la Junta de Castilla y León de tal manera que el ganadero no se vea inmerso en un mecanismo que le supondría un coste medio de 5.000 euros para su explotación (unos 400 animales) teniendo en cuenta además el momento de crisis que atraviesa este sector.
El sistema de identificación y registro de ovino-caprino se empezará a aplicar a los animales nacidos a partir del 9 de julio de 2.005 y consistirá en la colocación de una marca auricular o crotal de plástico amarillo en la oreja derecha con el código de identificación de cada animal (código del país ES, dos dígitos de la Comunidad Autónoma 08 seguido de los 10 dígitos de la identificación de individual).
Aunque parece que el segundo identificador electrónico finalmente será un bolo ruminal para los ovinos los ganaderos no se muestran muy de acuerdo con este instrumento que, además de caro, presenta múltiples inconvenientes en su detección con el lector en el estomago de la oveja. Sí son más favorables, los productores, al microchip inyectable en la zona interdigital de la extremidad delantera izquierda, como se prevé para la especie caprina, pues su precio se reduciría a 1,50 €/unidad y la identificación electrónica sería instantánea en la pezuña.
Estos medios de identificación serán asignados a cada explotación por la autoridad competente y deberán ser colocados de forma gratuita por los veterinarios en un plazo máximo de seis meses desde su nacimiento que podría llegar a nueve en las ganaderías extensivas. La mayoría en Salamanca son de extensivo.
Dado que dichos instrumentos nunca serán reutilizables, los ganaderos deberán asumir también su reposición frente al alto índice de mortalidad de esta especie (unas 30 o 40 al año). A la muerte o sacrificio de los animales será la autoridad competente quien se encargue de su recuperación y destrucción para asegurarse de que no llegue a la cadena alimentaria.
La puesta en marcha del sistema obligará también a mantener actualizado un libro de registro de la explotación, un documento de traslado cuando les vayan a transportar y una base de datos adscrita a un nuevo Registro Informatizado de Animales Identificados Electrónicamente (RIAIE) gestionado por cada comunidad autónoma. Pero lo que mayores gastos ocasionará en una explotación será el lector manual a lo que habría que sumar el ordenador, el programa informático oficial para el nuevo registro y la alfombra electrónica a la entrada de las instalaciones.
Asaja Salamanca