Remitido por ASAJA-Sevilla:
La siega del cereal ha comenzado ya en Andalucía y con la entrada de las máquinas cosechadoras en el campo los resultados de las primeras parcelas recolectadas confirman las estimaciones más pesimistas. Se prevé que la caída en la producción de trigo duro en la provincia de Sevilla sea de un 74,22% con respecto a la pasada campaña. Lo que situaría a la campaña de 2005 como la peor de los últimos diez años, a un nivel similar a la de 1995, última campaña del anterior ciclo seco, en la que la producción de cereal cayó a niveles similares a los actuales.
Tradicionalmente Sevilla es la primera provincia productora de trigo duro de España, el cereal de secano con más peso en Andalucía. Sin embargo, para la presente campaña los Servicios Técnicos de ASAJA-Sevilla estiman que la producción de trigo duro en Sevilla pasará de las 669.000 toneladas recogidas durante la campaña de 2004 a las 152.000 previstas para este año. Los malos resultados se extienden a toda la región, donde la reducción de la cosecha de cereal de secano (trigo duro y trigo blando) se estima que será de un 77%, pasando de los casi 2 millones de toneladas de la pasada campaña a tan sólo 458.000 toneladas en la presente.
La sequía, fruto del déficit continuado de lluvias que padecemos, ha sido la causa principal de este fuerte retroceso en la producción. Debido a esta severa reducción de cosecha, los agricultores sevillanos de cereal perderán 63 millones de euros en la presente campaña. En toda la región las pérdidas de los productores de cereal de secano se elevan a 168 millones de euros.
Esta fue una de las principales conclusiones aportadas por los Servicios Técnicos de ASAJA-Sevilla en Mairena del Alcor en el transcurso de la XXIII Jornada de Cultivos Herbáceos de ASAJA-Sevilla.
La Jornada, patrocinada por la Caja Rural del Sur, fue inaugurada por el secretario general de ASAJA-Sevilla, Miguel Afán de Ribera, y por el alcalde de Mairena del Alcor, Casimiro Gavira. En el encuentro intervinieron Jorge Sainz, jefe de Área de la Subdirección General de Apoyo y Coordinación del MAPA; Manuel Amate, jefe de servicio de Producción Agraria de la Consejería de Agricultura y Pesca de Andalucía; Rafael Gálvez, responsable de Marketing y Desarrollo de Proseme Semillas y José Vázquez de Leyva, responsable de la Sectorial de Cereales de ASAJA-Sevilla.
El trigo duro, el utilizado en la elaboración de pastas, sigue siendo el cereal de invierno más cultivado en Andalucía. En la campaña de 2005 se han sembrado en nuestra región 512.000 hectáreas de este cereal, más de la mitad de todas las que se siembran en España (882.000 Has.), mientras que de trigo blando, el que se emplea en la fabricación de harina panificable, se han sembrado tan sólo 54.600 Has.
La sequía ha sido el principal factor limitante de la producción. El campo andaluz ha soportado un déficit hídrico medio del 50% y en Sevilla el déficit ha sido incluso superior, se ha situado en el 61%, es decir, desde el pasado mes de septiembre hemos recibido tan sólo 225 l/m2 cuando la media anual en Sevilla está en 586 l/m2. Esta escasísima pluviosidad es la que ha propiciado que la cosecha de cereal sea testimonial.
Según las estimaciones del responsable de la Sectorial de Cereales de ASAJA-Sevilla, José Vázquez, toda Andalucía está afectada por la sequía, con zonas que no compensa siquiera cosechar frente a unas pocas en las que los rendimientos máximos llegan a los 1.500 kg/Ha, muy por debajo del rendimiento habitual en un año normal.
Así las cosas, los rendimientos medios en Andalucía estarán en 800 Kg/Ha en trigo duro y en 900 kg/Ha en trigo blando. Unos rendimientos tremendamente bajos si los comparamos con losde la pasada campaña en la que la media de producción de trigo duro en Sevilla se situó en los 3.500 Kg/Ha, mientras que en el caso del trigo blando se alcanzó una media de 4.000 Kg/Ha.
Además del análisis de superficie y producciones y las perspectivas de mercado para la presente campaña, en la jornada se abordaron también otros asuntos de gran interés para los agricultores: la aplicación de la reforma de la PAC y su incidencia en los cultivos herbáceos y la condicionalidad de las ayudas agrarias. Se trata de dos temas que generan enorme preocupación entre los agricultores, pues a fecha de hoy aún no está publicada la normativa que regulará las nuevas condiciones medioambientales que deberá cumplir el agricultor para poder percibir las ayudas agrarias, y ni siquiera se les ha comunicado aún cúales van a ser sus derechos de pago en el nuevo Régimen de Pago Único (RPU) que se aplicará ya a partir de la próxima campaña de siembra, y que en el caso de los cereales debería estar perfectamente definido antes del mes de octubre, fecha en la que se inician las siembras del cereal de invierno.
ASAJA-Sevilla