La organización agraria indicó que el endurecimiento de la legislación europea sobre productos fitosanitarios ha obligado a retirar del mercado un elevado número de plaguicidas, pese a que «muchos de ellos siguen siendo necesarios para combatir las plagas», puesto que «hasta el momento los laboratorios no han desarrollado sustancias sustitutivas».
En este sentido, recordó que las consecuencias de esta retirada para el algodón andaluz están siendo «catastróficas», la heliothis y el gusano rosado, las principales amenazas del cultivo del algodón, se han hecho resistentes a los tratamientos convencionales y causan graves daños al cultivo provocando pérdida del 50 por ciento de la cosecha.
En esta situación, y para evitar que el algodonero siga perdiendo dinero, Asaja-Sevilla demandó «una vez más» la aprobación «inmediata» de las variedades de algodón transgénicas, «las únicas que son inmunes a las plagas, pues se autoprotegen y no requieren tratamientos, lo que conlleva indudables ventajas económicas y medioambientales».
Estas variedades llevan más de 14 años cultivándose en los principales países productores –EEUU, India y China– y de ellas se obtiene el 50 por ciento de la producción mundial de algodón. Sin embargo en Andalucía, región pionera que contó con los primeros ensayos de algodón Bt en Europa a finales de la década de los 90, sigue sin poder cultivarlo pese a que ya ha invadido los mercados, pues está presente «en la mayor parte de las prendas de algodón con las que nos vestimos».
En estas circunstancias, en la pasada campaña la producción andaluza de algodón se situó en 67.500 toneladas, una cifra «ridícula» si se compara con las medias históricas, con producciones que en Andalucía superaban las 300.000 toneladas.
En el último año, 14 millones de agricultores de 25 países han cultivado 134 millones de hectáreas de plantas genéticamente mejoradas. Un nueve por ciento más de lo que se cultivo en la pasada campaña.
Por último, Asaja-Sevilla se mostró confiada en que se confirme el giro en la política comunitaria con la aprobación en las próximas semanas de nuevas variedades OGM, y sobretodo, después del verano, cuando está previsto que sean los Estados Miembros quienes tengan la potestad para autorizar nuevos eventos en su territorio.
Europa Press